miércoles, agosto 06, 2014

PALESTINA


Lo que está ocurriendo desde hace ya semanas en Palestina es... atroz, por decir algo. No hay palabras para describir el sufrimiento que tiene que estar soportando la población de aquella parte del mundo. Me gustaría recomendar un artículo muy esclarecedor del siempre brillante Juan Manuel de Prada, en el que habla alto y claro, sin pelos en la lengua (como siempre lo hace) y negándose, como siempre, a plegarse al pensamiento políticamente correcto que nos dicta lo que debemos pensar y lo que debemos decir. 


A continuación, sigo con lo que hoy quería contar. Se trata del testimonio y el coraje de Udi Segal, un soldado israelí de 19 años. En palabras de Udi, "Israel puede continuar esta ocupación, pero no en mi nombre". En medio de tanto sufrimiento, de tanto odio, de tanta crueldad, siempre hay sitio para el amor. Siempre hay quien se guía por otros principios, más humanos, más auténticos, más verdaderos. No es cuestión de ideologías ni de religiones. Es, simplemente, cuestión de humanidad.

Cuando a Udi le llegaba la edad de incorporarse a filas, se dedicó a estudiar todo lo que pudo acerca del conflicto entre Palestina e Israel. Y llegó a la conclusión de que él no podía formar parte de la ocupación. Ahora espera pacientemente a ser encarcelado. Es considerado un desertor en su país. Sin embargo, dice que la cárcel no le hará cambiar de opinión. Y añade que son cada vez más los jóvenes de su país que piensan como él. Además, otros 50 soldados del Israel Defense Force, se han negado a participar en las operaciones militares contra Palestina, y han explicado sus razones en una carta enviada al Washington Post. Además, miles de representantes de las comunidades judías de todo el mundo se manifiestan en las plazas contra el ataque israelita a Gaza. ¿Hará esto cambiar de opinión a los "neocón" Occidentales, que se las ingenian de mil maneras para justificar la matanza de palestinos? Lo dudo. Pero es esperanzador saber que hay voces, dentro del propio Israel, que se alzan contra la barbarie, que buscan otra salida al conflicto, que se manifiestan, de una u otra manera, por la paz en la región. En medio del horror, emerge la esperanza. Recemos para que sean muchas más las voces, en uno y otro bando, que se alcen contra la injusticia, para llegar a conseguir una salida pacífica, sin más muerte, sin más sufrimiento.

P.S.: la imagen que ilustra mi artículo no es precisamente bella. Pero... es la verdad de lo que está ocurriendo en Gaza. La inmensa mayoría de las víctimas son niños y mujeres. Inocentes que no tienen culpa de nada. Como el niño palestino de la imagen, herido en uno de los ataques del ejército israelí. ¿Hasta cuándo?

A partir de ahora me puedes seguir en mi nuevo espacio, www.elsuenodelheroe.com ¡Allí te espero!

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