tag:blogger.com,1999:blog-110297152024-03-13T03:53:30.374+01:00LA BELLEZAEn este blog trataré de dar una visión positiva de la vida, del mundo y de la gente que lo habita.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11891544161502923006noreply@blogger.comBlogger64125tag:blogger.com,1999:blog-11029715.post-17681777575307812132015-10-21T11:25:00.000+02:002015-10-21T13:21:25.392+02:00ME CAMBIO<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-t2N_kIHtn2A/VhzNwhYQelI/AAAAAAAABEI/KbKMGvTx570/s1600/logo%2Boriginal.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="162" src="http://3.bp.blogspot.com/-t2N_kIHtn2A/VhzNwhYQelI/AAAAAAAABEI/KbKMGvTx570/s320/logo%2Boriginal.jpg" width="320" /></a></div>
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Los que me habéis seguido con más o menos frecuencia, sabéis que, desde el pasado mes de febrero, estoy haciendo un curso con el objetivo de formarme para ser coach. El curso ya va llegando a su fin, y, si todo va bien, en poco más de un mes me certificaré y alcanzaré uno de mis sueños. Pero de momento, seguimos dando los pasos necesarios para llegar a ello... y para emprender un nuevo camino una vez logre alcanzar esa meta. </div>
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Y es que las metas nunca son definitivas, siempre son nuevos hitos en el camino, son el comienzo de algo nuevo. Siempre que algo termina, algo empieza. Siempre que una puerta se cierra se abre otra. Y el motivo de mi artículo de hoy es, nada más y nada menos, que el cerrar una puerta... para abrir otra. Cierro la puerta de este blog, para abrir la de otro con el que quiero iniciar mi camino de coach personal. Dentro de ese camino iré dando pasos, iré creciendo, iré abriendo nuevas puertas. Y el primer paso de ese camino lo doy, con la presentación de mi nuevo espacio, "<a href="http://elsuenodelheroe.com/" target="_blank">El sueño del héroe</a>".</div>
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Este fin de semana presenté mi proyecto en el curso, y he de decir que tuvo muy buena acogida. Ahora lo presento aquí, invitándote a seguirme en mi nueva andadura, invitándote a acompañarme y a ayudarme a crecer, a llegar a toda la gente posible. No hay mucho más que decir. En mi nuevo blog puedes encontrar toda la información sobre mi proyecto, y las vías de comunicación para que podamos estar en contacto. Me encantaría que me acompañaras. ¿Te vienes? </div>
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<a href="http://www.elsuenodelheroe.com/">www.elsuenodelheroe.com</a></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11891544161502923006noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-11029715.post-57685031093364543832015-10-07T11:55:00.000+02:002015-10-07T13:45:35.732+02:00LA TIERRA LLORA<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-hedcSiYHbvI/VhTrPlJkFtI/AAAAAAAABDs/jH-VBhTD_jI/s1600/llora%2Bla%2Btierra.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="http://3.bp.blogspot.com/-hedcSiYHbvI/VhTrPlJkFtI/AAAAAAAABDs/jH-VBhTD_jI/s320/llora%2Bla%2Btierra.JPG" width="320" /></a></div>
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En el artículo pasado, <a href="http://alejandrorubiosanchez.blogspot.com.es/2015/10/madre-naturaleza.html" target="_blank">Madre Naturaleza</a>, introducía un nuevo tema en este blog, el amor a la naturaleza, a la ecología, al medio ambiente. Tema con el que quiero continuar, al menos un artículo más. Y es que en estos días he terminado de leer la última encíclica "Laudato Si'" (Sobre el cuidado de la casa común), del Papa Francisco.</div>
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Una encíclica, en principio, es una carta que el Papa dirige a todos los fieles católicos. Sin embargo, yo diría, y más en este caso, que puede ir dirigida a toda la humanidad, profesen el credo que profesen o no profesen ninguno. Y es que, en este caso, me atrevo a decir que el 90% de lo escrito por el Papa podría haber sido escrito por cualquier otro líder espiritual, o por cualquier representante de cualquier organización que se dedique a la preservación del medio ambiente. Recomiendo por tanto a todos mis lectores la lectura de esta carta, que se lee rápido y fácil, y de la que se disfruta mucho si uno tiene una mínima sensibilidad hacia el cuidado de la naturaleza.</div>
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En mi artículo de hoy señalaré algunas de las cosas que más me han llamado la atención, resumiendo mucho, pues si no lo hiciera me extendería en demasía, dado el interés del escrito de Francisco. Creo que es una carta valiente, que mete el dedo en la llaga de muchas heridas y que sacude la conciencia de muchos católicos que dejan el cuidado del medio ambiente de lado, como un tema secundario, o, lo que es peor, como una invención de "los progres". El Papa, además, cuestiona los modelos actuales de producción y de consumo, y los hace responsables del daño que en las últimas décadas está sufriendo nuestro planeta. Asume como cierto el cambio climático, tan cuestionado desde sectores conservadores, y pide reflexión y acción, pide un cambio en los modelos de producción, una mayor conciencia ciudadana, un cambio en los modos de vida (reducción del consumo y mayor atención a los más necesitados, entre otras cosas). En definitiva, pienso que es una carta revolucionaria y valiente, una carta incómoda para los poderosos y para muchos empresarios, para los que lo más importante es el dinero y lo demás es secundario. Cito a continuación algunas de las frases de la encíclica que más han llamado mi atención.</div>
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Dice el Papa, en la introducción de la encíclica, que "esta hermana (llama hermana a la tierra, con palabras de san Francisco de Asís) clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella".</div>
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"<i>Toda pretensión de cuidar y mejorar el mundo supone cambios profundos en los estilos de vida, los modelos de producción y de consumo, las estructuras de poder que rigen hoy la sociedad</i>". Aquí cita a Juan Pablo II, en la encíclica Centesimus annus.</div>
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<i>"El ambiente natural está lleno de heridas producidas por nuestro comportamiento irresponsable. También el ambiente social tiene sus heridas. Todas ellas se deben a la idea de que la libertad humana no tiene límites".</i></div>
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<i>"Que los seres humanos destruyan la diversidad biológica; que degraden la integridad de la tierra y contribuyan al cambio climático, desnudando la tierra de sus bosques naturales o destruyendo sus zonas húmedas; que los seres humanos contaminen las aguas, el suelo, el aire. Todos estos son pecados".</i></div>
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<i>"Muchos esfuerzos para buscar soluciones a la crisis ambiental suelen ser frustrados no sólo por el rechazo de los poderosos, sino también por la falta de interés de los demás. Las actitudes que obstruyen el camino de solución van de la negación del problema a la indiferencia".</i></div>
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<i>"Debemos limitar al máximo el uso de los recursos no renovables, moderar el consumo, maximizar la eficiencia del aprovechamiento, reutilizar y reciclar. (...) Nos encontramos ante un preocupante calentamiento del sistema climático. (...) La humanidad está llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilos de vida, de producción y de consumo".</i></div>
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<i>"Muchos de aquellos que tienen más recursos y poder económico o político parecen concentrarse sobre todo en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas".</i></div>
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<i>"Este nivel de intervención humana, frecuentemente al servicio de las finanzas y del consumismo, hace que la tierra en que vivimos se vuelva menos rica y bella, cada vez más limitada y gris, mientras al mismo tiempo el desarrollo de la tecnología y de las ofertas de consumo sigue avanzando sin límite".</i></div>
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<i>"No es propio de habitantes de este planeta vivir cada vez más inundados de asfalto, vidrio y metales, privados del contacto físico con la naturaleza".</i></div>
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<i>"No suele haber conciencia clara de los problemas que afectan particularmente a los excluidos. (...) Ello se debe en parte a que muchos profesionales, formadores de opinión, medios de comunicación y centros de poder están ubicados lejos de ellos, en áreas urbanas aisladas. Viven y reflexionan desde la comodidad de un desarrollo y una calidad de vida que no están al alcance de la mayoría de la población mundial".</i></div>
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<i>"La tierra de los pobres del Sur es rica y poco contaminada, pero el acceso a la propiedad de los bienes y recursos para satisfacer sus necesidades vitales les está vedado por un sistema de relaciones comerciales y de propiedad estructuralmente perverso".</i></div>
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<i>"Hay demasiados intereses particulares y muy fácilmente el interés económico llega a prevalecer sobre el bien común y a manipular la información para no ver afectados sus proyectos". (...) La alianza entre la economía y la tecnología termina dejando fuera lo que no forma parte de sus intereses inmediatos".</i></div>
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<i>"Cualquier cosa que sea frágil, como el medio ambiente, queda indefensa ante los intereses del mercado divinizado, convertidos en regla absoluta".</i></div>
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<i>"Tenemos la tentación de pensar que lo que está ocurriendo no es cierto. Eso nos permite seguir con nuestros estilos de vida, de producción y de consumo".</i></div>
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<i>"Hoy el pecado se manifiesta con toda su fuerza en las guerras, las diversas formas de violencia y maltrato, el abandono de los más frágiles, los ataques a la naturaleza".</i></div>
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<i>"La indiferencia o la crueldad ante las demás criaturas de este mundo siempre termina trasladándose de algún modo al trato que damos a otros seres humanos".</i></div>
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El Papa también aprovecha para criticar la absolutización de la propiedad privada, que muchas veces lleva a la marginación de los más débiles: "<i>La Iglesia defiende, sí, el legítimo derecho a la propiedad privada, pero enseña con no menor claridad que sobre toda propiedad privada grava siempre una hipoteca social (...) No es conforme con el designio de Dios usar este don de modo tal que sus beneficios favorezcan sólo a unos pocos"</i>.</div>
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<i>"Qué significa el mandamiento no matarás cuando un veinte por ciento de la población mundial consume recursos en tal medida que roba a las naciones pobres y a las futuras generaciones lo que necesitan para vivir".</i></div>
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<i>"El hombre moderno no está preparado para utilizar el poder con acierto, porque el inmenso crecimiento tecnológico no estuvo acompañado de un desarrollo del ser humano en responsabilidad, valores, conciencia".</i></div>
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<i>"El mercado por sí mismo no garantiza el desarrollo humano integral y la inclusión social. Tenemos un superdesarrollo derrochador y consumista, que contrasta de modo inaceptable con situaciones persistentes de miseria deshumanizadora". </i></div>
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<i>"La cultura ecológica debería ser una mirada distinta, un pensamiento, una política, un programa educativo, un estilo de vida y una espiritualidad que conformen una resistencia ante el avance del paradigma tecnocrático".</i></div>
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<i>"Es indispensable aminorar la marcha para mirar la realidad de otra manera".</i></div>
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Y así podría seguir, citando frase tras frase, de manera que mi artículo se haría interminable. El Papa habla también de la importancia de la biodiversidad, de la contaminación de las aguas y los suelos, habla de la imposibilidad de cuidar la naturaleza si no somos capaces de tener una mirada de compasión sobre el propio ser humano, especialmente sobre los más débiles, critica la cultura del relativismo, la cultura del "usar y tirar", habla de la necesidad de poner límites a los que tienen mayores recursos y poder financiero para lograr una verdadera libertad económica de la que todos se puedan beneficiar, habla de los organismos genéticamente modificados, de los productos transgénicos, habla de la necesidad de que todos tengan acceso a un trabajo y a una vivienda digna, habla de la hipocresía de los políticos, que obedecen a intereses electoralistas olvidando el bien común...En fin, habla de tantas cosas, y con tanta profundidad, que lo mejor es leer la encíclica y empaparse de ella, reflexionarla, meditarla. Se puede adquirir en cualquier librería, pero también se puede "bajar" de la página del Vaticano, a través de este enlace: <a href="http://w2.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si.html" target="_blank">Laudato Si'</a>. Si la lees, te encontrarás con muchas más frases e ideas contundentes y maravillosas que no he incluido en el presente artículo por no alargarlo aún más de lo que ya lo he hecho.</div>
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El Papa critica duramente diversos comportamientos y diversas actitudes. Atiza sin piedad a la dictadura del mercado, que pone al dinero por encima de todo olvidándose del ser humano, critica el consumismo exacerbado, critica también a determinados cristianos que, "<i>bajo una excusa de realismo y pragmatismo suelen burlarse de las preocupaciones por medio ambiente"</i>... </div>
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Pero el Papa, además de criticar, propone soluciones. Algunas se nos escapan de las manos, pues corresponden a los gobiernos, a los empresarios y a los poderosos que manejan el mundo. Pero a nosotros nos propone presionar a esos poderosos para que acaben cambiando los modelos de producción y de consumo. Y también nos propone llevar a cabo acciones, cambios en nuestros modos de vida, que puedan contribuir a mejorar la calidad del medio ambiente: "<i>evitar el uso de material plástico y de papel, reducir el consumo de agua, separar los residuos, cocinar sólo lo que razonablemente se podrá comer, tratar con cuidado a los demás seres vivos, utilizar transporte público o compartir un mismo vehículo entre varias personas, plantar árboles, apagar las luces innecesarias"</i>. Son ideas, sólo algunas, entre las muchas que podemos llevar a cabo. Seguro que a ti se te ocurren muchas más. Y para que colabores con este artículo, y por tanto con la preservación y mejora del medio ambiente, te animo a compartirlas aquí. ¿Qué te parece? ¿Te animas? Seguro que si cada uno propone un par de ideas, entre todos sacamos un montón de ellas, y nuestro entorno lo agradecerá. Empiezo yo: propongo dejar de utilizar las bolsas de plástico que nos dan en los comercios, ya sean gratis o de pago, y que a cambio llevemos nuestras propias bolsas de tela. Y como segunda idea, propongo que, si vas al monte o al campo, te lleves una bolsa y metas en ella los desperdicios que te encuentres tirados por ahí. Ya, ya sé que no los has tirado tú. Pero si vamos creando conciencia, quizá poco a poco los espacios naturales vayan estando más limpios...</div>
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¡Tu turno! ¿Qué se te ocurre para colaborar con la preservación del medio ambiente?</div>
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<br />Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11891544161502923006noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-11029715.post-54633638557104864982015-10-02T20:41:00.001+02:002015-10-02T20:42:22.925+02:00MADRE NATURALEZA<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-PV2sjdBVAgg/Vg7NqqQENfI/AAAAAAAABCc/QoZjV3HzO-4/s1600/IMG_4361%2B%255B1600x1200%255D.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="213" src="http://4.bp.blogspot.com/-PV2sjdBVAgg/Vg7NqqQENfI/AAAAAAAABCc/QoZjV3HzO-4/s320/IMG_4361%2B%255B1600x1200%255D.JPG" width="320" /></a></div>
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Dije en mi primer artículo de este blog que aquí hablaría de belleza. Y qué más bello que la naturaleza, en todas sus manifestaciones. Por eso hoy quiero hablar de eso, de naturaleza. Y es que esta tarde he disfrutado como un enano (siempre me he preguntado cómo disfrutan realmente los enanos) dando un paseo de algo más de dos horas por el Pardo. </div>
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Iba preparado con mi cámara, pues sé que por estas fechas los gamos se suelen acercar a buscar comida entre los árboles próximos a la valla que delimita el territorio prohibido a los humanos (el llamado Coto nº 1) y el sí permitido. Lástima que, a pesar de ser una buena cámara, el objetivo que tengo es más bien mediocre. Lástima, porque el espectáculo que he presenciado era digno de ser bien fotografiado. He hecho fotos, sí, pero no de la calidad que a mí me hubiera gustado.</div>
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<a href="http://2.bp.blogspot.com/-SBOrodN5J00/Vg7OOSaEPiI/AAAAAAAABCw/OXA2JQLRgcM/s1600/IMG_4351%2B%255B1600x1200%255D.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="212" src="http://2.bp.blogspot.com/-SBOrodN5J00/Vg7OOSaEPiI/AAAAAAAABCw/OXA2JQLRgcM/s320/IMG_4351%2B%255B1600x1200%255D.JPG" width="320" /></a><a href="http://3.bp.blogspot.com/-ULeuXXyUjDU/Vg7N46B3YPI/AAAAAAAABCk/C07AsouUfm4/s1600/IMG_4363%2B%255B1600x1200%255D.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="219" src="http://3.bp.blogspot.com/-ULeuXXyUjDU/Vg7N46B3YPI/AAAAAAAABCk/C07AsouUfm4/s320/IMG_4363%2B%255B1600x1200%255D.JPG" width="320" /></a> </div>
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En cualquier caso, e independientemente de las fotos que haya podido hacer, buenas o malas, mejores o peores, he disfrutado de dos horas maravillosas, contemplando a los numerosos gamos que pastaban, como decía, cerca de la valla. Eso, al poco rato de comenzar mi paseo. Pero lo mejor ha venido más tarde, cuando he comenzado a escuchar el característico sonido que emiten los machos tratando de cortejar a las hembras. No se trataba aún del bramido de la época de berrea, un sonido similar al mugido de una vaca pero mucho más potente, y, a menudo, seguido del golpeo de unas astas con otras. La berrea es época de celo, época de conquista, época de peleas furibundas para ganarse el favor de las hembras. </div>
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Pero no, hoy no había peleas, ni había bramidos. El sonido que emitían los machos, como digo, era diferente. Al principio, pues no lo había oído nunca, lo confundí con el que hacen los jabalís al hozar en la tierra. Una especie de sonido gutural, semejante a un eructo pero más profundo y más grave. Sin embargo, al seguir el rastro de dicho sonido, pude ver que se trataba de un gamo tratando de llamar la atención de la hembra. El espectáculo era delicioso. Un viejo macho, enorme, con unas astas gigantescas, trataba de cortejar a una hembra que, literalmente, no le hacía ni caso. Salvo algunas veces, que se dirigía hacia él emitiendo un sonido similar al chillido de algunas aves, como diciendo, "déjame en paz, pesado".</div>
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<a href="http://1.bp.blogspot.com/-31bv0dKadjg/Vg7OwSfwlHI/AAAAAAAABC0/pfi60o4H33E/s1600/IMG_4368%2B%255B1600x1200%255D.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="254" src="http://1.bp.blogspot.com/-31bv0dKadjg/Vg7OwSfwlHI/AAAAAAAABC0/pfi60o4H33E/s320/IMG_4368%2B%255B1600x1200%255D.JPG" width="320" /></a></div>
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<a href="http://4.bp.blogspot.com/-rpwSy1WAci0/Vg7PB5GcCWI/AAAAAAAABC8/oTYSG4ftpWQ/s1600/IMG_4384%2B%255B1600x1200%255D.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="223" src="http://4.bp.blogspot.com/-rpwSy1WAci0/Vg7PB5GcCWI/AAAAAAAABC8/oTYSG4ftpWQ/s320/IMG_4384%2B%255B1600x1200%255D.JPG" width="320" /></a></div>
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Sin embargo, el macho no desistía, se movía con ella, la seguía a donde ella iba, siempre emitiendo ese sonido tan característico. Sólo una vez se despistó, momento en el que otro macho aprovechó para acercarse a explorar el terreno. Pero en cuanto el viejo macho se percató corrió a defender su territorio, y el macho joven, sin ofrecer resistencia alguna, se marchó de allí para evitar males mayores.</div>
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Un buen rato estuve allí, siguiendo las evoluciones del cortejo, sin que la hembra cediera ni un ápice, y sin que el macho desistiera en sus intentos de conquista. Muchas más hembras había alrededor, pero él sólo quería a aquella. Y estoy seguro de que, antes o después, acabará logrando su objetivo. El año que viene por estas fechas pasearé de nuevo por el mismo sitio que hoy, y algunos de los gamos jóvenes que me encuentre serán fruto de la paciencia y la constancia de este macho viejo que hoy he tenido la fortuna de conocer.</div>
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Tras un rato, media hora o así, decidí continuar mi camino. Había visto ya muchos gamos, y, casi al principio de mi paseo, un jabalí, que al ver a Zarko, mi perro, salió despavorido. Ningún jabalí más había aparecido, hasta que de pronto, al doblar una curva del camino, me encontré con una familia de numerosos ejemplares y diversos tamaños. Había uno especialmente grande, debía de ser un macho adulto, una especie de jefe del clan. Y luego había otros de tamaño medio, quizá hembras, pues muy cerca de ellas transitaban algunos ejemplares jóvenes, aún con colores parduscos, transición entre el pelaje de los rayones (ejemplares a mitad entre jabato y adulto, adolescentes, podríamos decir, estableciendo una comparación con las edades humanas) y el grisáceo de los adultos. Como había hecho antes con los gamos, disfruté de lo lindo siguiendo las evoluciones de esta peculiar familia. Permanecían a unos veinte o treinta metros de la valla, y vigilando de vez en cuando mis movimientos. </div>
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<a href="http://4.bp.blogspot.com/-2u6rG2h3pxc/Vg7PRm3GVuI/AAAAAAAABDE/WxBip_WHLAg/s1600/IMG_4398%2B%255B1600x1200%255D.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="217" src="http://4.bp.blogspot.com/-2u6rG2h3pxc/Vg7PRm3GVuI/AAAAAAAABDE/WxBip_WHLAg/s320/IMG_4398%2B%255B1600x1200%255D.JPG" width="320" /></a></div>
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<a href="http://4.bp.blogspot.com/-qDBTb18TAZo/Vg7PbwcNZlI/AAAAAAAABDM/C2IUVRCFgcs/s1600/IMG_4405%2B%255B1600x1200%255D.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="241" src="http://4.bp.blogspot.com/-qDBTb18TAZo/Vg7PbwcNZlI/AAAAAAAABDM/C2IUVRCFgcs/s320/IMG_4405%2B%255B1600x1200%255D.JPG" width="320" /></a></div>
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Hasta que de pronto, un ejemplar más bien joven bajó hasta la valla, buscando las bellotas de las encinas próximas. Entonces Zarko, al verle, corrió hasta él. Yo pensé que saldría corriendo, como había ocurrido con el que encontramos al principio de la tarde. Pero no fue así. El jabalí, al ver a mi perro, levantó la cabeza del suelo, y le esperó. Cuando se juntaron, con la valla de por medio, se olisquearon, se reconocieron, se saludaron, y continuaron cada uno su camino. El jabalí a lo suyo, que era buscar comida, y Zarko a su palo, que es lo que más le gusta en el mundo si no contamos la comida.</div>
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<a href="http://3.bp.blogspot.com/-aFzWE77nFcs/Vg7PpA2M63I/AAAAAAAABDU/OwsODvhvmK4/s1600/IMG_4410%2B%255B1600x1200%255D.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="211" src="http://3.bp.blogspot.com/-aFzWE77nFcs/Vg7PpA2M63I/AAAAAAAABDU/OwsODvhvmK4/s320/IMG_4410%2B%255B1600x1200%255D.JPG" width="320" /></a></div>
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También vi un galápago tomando el sol sobre un tronco en mitad del río, y muchas aves (entre ellas unos cuantos ánades reales y algún Pico Picapinos o pájaro carpintero), pero no les presté mucha atención. En la tarde de hoy, los mamíferos captaron toda mi atención. Las dos horas se me pasaron en un suspiro...</div>
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<a href="http://4.bp.blogspot.com/-2VJP0mUz3Lo/Vg7PxId_-xI/AAAAAAAABDc/4iM-exF_2sk/s1600/IMG_4412.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="191" src="http://4.bp.blogspot.com/-2VJP0mUz3Lo/Vg7PxId_-xI/AAAAAAAABDc/4iM-exF_2sk/s320/IMG_4412.JPG" width="320" /></a></div>
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Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11891544161502923006noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-11029715.post-4797788393749030042015-09-30T20:21:00.001+02:002015-09-30T20:21:54.984+02:00LOS ACTOS TIENEN CONSECUENCIAS<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-lY05gFfYumA/VgwoIsq7aeI/AAAAAAAABCM/u6s7avCR8Bw/s1600/LEY-KARMA-CHOPRA-976x322.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="105" src="http://3.bp.blogspot.com/-lY05gFfYumA/VgwoIsq7aeI/AAAAAAAABCM/u6s7avCR8Bw/s320/LEY-KARMA-CHOPRA-976x322.jpg" width="320" /></a></div>
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Hace algunos días, alguna semana ya, quizá, un amigo me envió un vídeo, sugiriéndome que podía servirme para alguno de mis artículos. El vídeo yo lo había visto hace tiempo, y me reí mucho. Pero no me paré a pensar que, además de pasar casi cinco minutos de lo más divertido, podía servir también para reflexionar sobre cómo educar a los hijos.</div>
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Os dejo con el vídeo, que seguro habéis visto ya, pues ha corrido por las redes sociales como la pólvora, y luego comentamos un poco.</div>
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<iframe width="320" height="266" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/FuTGNWV6C5g/0.jpg" src="https://www.youtube.com/embed/FuTGNWV6C5g?feature=player_embedded" frameborder="0" allowfullscreen></iframe></div>
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¿Os imagináis los momentos previos al vídeo? ¡La que tuvieron que organizar! También me puedo imaginar al padre al verlos. Imagino que la primera reacción pudo ser montar en cólera al ver cómo se han puesto sus hijos, y cómo han puesto la casa. Eso no se ve en el vídeo, pero el padre se lo echa en cara a los niños.</div>
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Por otro lado... qué curioso, vivimos en el mundo de Internet, y lo primero que se nos ocurre, ante algo que consideramos puede tener audiencia, es ir corriendo a por la cámara de vídeo para grabarlo. En cualquier caso, lo interesante es la conversación que tiene el padre con sus hijos, tratando de contener la risa al ver semejante cuadro, y al escuchar las respuestas del mayor y cómo el pequeño se somete a las respuestas de éste.</div>
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Me parece instructivo que el padre dialogue con sus hijos, salvando las distancias, como si fueran adultos. Podía haberles echado una bronca tremenda, haberles mandado a su habitación castigados... y sin embargo lo que hace es dialogar con ellos pidiéndoles explicaciones por lo que han hecho. Así, les enseña que los actos tienen consecuencias, y que cuando uno decide hacer algo, después ha de hacerse responsable de esas consecuencias. En este caso, la consecuencia de haber hecho un mal uso de la pintura es que esa noche no tendrán zumo para cenar, además de tener que limpiar lo que han manchado. Al principio no quieren asumir el castigo, pero pronto se dan cuenta de que, como les dice el padre, están en serios problemas, y no les queda otra que asumir las consecuencias de lo que han hecho. A pesar de la risa que el padre a veces no es capaz de aguantar, consigue hacerles entender que la situación no es graciosa, que él no está contento y que lo que han hecho no está bien.</div>
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Otra cosa que me parece instructiva en el vídeo es cómo, sin que ellos se den cuenta, les "obliga" a decir la verdad. Al principio el mayor echa balones fuera, y carga toda la culpa sobre su hermano. De hecho, dice que él no va a limpiar nada, que lo va a hacer su hermano. Pero poco a poco se va dando cuenta de que eso no le va a servir de nada. Llega un momento en el que es el pequeño el que trata de eludir la responsabilidad, y dice que no se siente culpable. Pero entonces se fija en el mayor, que ya ha entendido, e imita su asunción de responsabilidad. Finalmente asumen, sin dramas ni broncas, que tendrán que limpiar lo que han manchado.</div>
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¿Qué os parece? Creo que a veces tratamos a los niños como si fueran tontos o algo así, como si por el hecho de ser niños no pudieran entender una serie de normas, como si para ello hubiera que gritarles, imponerles grandes castigos, encerrarles... Pero... ¿no es mejor una actitud así? ¿No es mejor tratarles como personas razonables capaces de asumir la responsabilidad de sus actos? Pienso que esto es más instructivo, y, a la vez, crea un clima mucho más sano dentro de la familia. Tras una bronca, un niño puede quedar asustado, sin ganas de acercarse a su padre en un buen rato. Y, bronca tras bronca, la confianza puede ir debilitándose. De esta otra manera los niños aprenden a ser adultos, aprenden que en la vida hay que poner límites, que no todo vale, que, como hemos dicho antes, los actos tienen consecuencias y todos debemos asumir la responsabilidad de esas consecuencias.</div>
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¿Qué opináis? Me interesa sobre todo la opinión de los que sois padres, abuelos, educadores... ¡Gracias por vuestra participación!</div>
<br />Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11891544161502923006noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-11029715.post-8574195418489404282015-09-21T12:09:00.000+02:002015-09-21T12:09:53.518+02:00ÉPICA<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-hHbDFZHlozI/Vf_VxgG58GI/AAAAAAAABB4/1p--8R7f1wE/s1600/basket.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="195" src="http://4.bp.blogspot.com/-hHbDFZHlozI/Vf_VxgG58GI/AAAAAAAABB4/1p--8R7f1wE/s320/basket.jpg" width="320" /></a></div>
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Estos días pasados hemos tenido la oportunidad de vivir una nueva gesta del deporte español. Nuestra selección de baloncesto, capitaneada por un Felipe Reyes que, como los grandes vinos, mejora con la edad, y liderada por Pau Gasol, un hombre de otro planeta, nos ha vuelto a dar una alegría, otra más, y van... unas cuantas. Pero esta vez ha sido, si cabe, de forma más heroica, más épica. Algunos de los mejores (Ricky Rubio, Juan Carlos Navarro, Abrines, Marc Gasol, Calderón) no estaban. Esta vez, como los propios protagonistas reconocieron, había menos talento. Pero había mucha furia, mucha garra, muchas ganas, mucha pasión... ¡muchos huevos!</div>
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El campeonato empezó con un revés, la derrota ante Serbia, uno de los grandes favoritos del torneo. Después pasamos por encima de los turcos, cargando la mochila con ánimos renovados. Pero a continuación Italia volvió a mostrarnos la cruda realidad, y nos vimos obligados a ganar a otra gran potencia del baloncesto, Alemania, liderada por Nowitzki. Eran ellos o nosotros. El que ganaba seguía, el que perdía quedaba fuera. Y volvimos a dar la cara, volvimos a mostrar nuestra casta, volvimos a decir a Europa que nuestro objetivo era el oro y no otro. </div>
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Pero antes, un camino lleno de escollos. Quizá el menos complicado el primero, Polonia. Pero a partir de ahí... a partir de ahí tuvimos que vérnoslas con las favoritas del torneo, con rivales realmente duros y complicados, con muchísimo talento y mucho baloncesto en sus filas. En cuartos de final, Grecia, ante la cual tuvimos que sudar la gota gorda. Pero fue en semifinales, ya en territorio francés, cuando España dejó claras cuáles eran sus intenciones. En casa del anfitrión, con todo en contra (incluidos los árbitros, cuya actuación dejó muchísimo que desear), y cuando peor estaban las cosas, apareció un hombre de otro planeta, y, escoltándolo, un equipo de gladiadores, un equipo de espartanos que fueron capaces, entre todos, creyendo en sí mismos, creyendo en la victoria, de dar la vuelta a un partido que parecía perdido. Y lo hicieron poniéndose el mono de trabajo. Probablemente -seguro- con menos talento que los franceses. Pero con más rabia, con más fuerza, con más coraje, con más pasión, con esa furia que nos ha caracterizado a los españoles a lo largo de la Historia, con más... cojones, sí, por qué no decirlo, con más cojones que ellos. Es posible que los franceses tuvieran mejores jugadores, además del apoyo de la grada, y de los árbitros en decisiones decisivas. Pero España demostró poder con eso y mucho más, demostrando al mundo que no todo en la vida es talento. Y, resurgiendo de las cenizas, cual Ave Fénix, se llevó una victoria que parecía imposible.</div>
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Por último llegó Lituania. Un equipo de soldados, como lo definió Rudy, un enorme Rudy que jugó todo el campeonato lesionado, con dolores de espalda, que en ocasiones le hicieron sufrir lo indecible. Pero España llegaba con carrerilla, llegaba con la fuerza de haber derrotado a Francia cuando parecía imposible, llegaba creyendo más que nunca en el oro, y se llevó el partido de manera más sencilla a la que se esperaba. Y no porque Lituania no opusiera resistencia. Sino porque desde el principio, como dijo el "extraterrestre", bajaron el culo, se pusieron el mono de faena y lucharon cada canasta como si fuera la última. Y ante eso, los lituanos nada pudieron hacer.</div>
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La selección española ha dado grandes lecciones durante estos días de campeonato. Nos ha enseñado, como ya he mencionado, que, además del talento, son necesarias otras virtudes para ganar las grandes batallas de la vida. Hace falta mucha fuerza, mucha determinación, hace falta coraje, hace falta creer, y hace falta trabajar en equipo. Porque si algo ha demostrado nuestra selección, es que es un gran equipo, una piña, como se suele decir. Todos aportaban algo, nadie se escondía, nadie se quejaba cuando le tocaba estar en el banquillo, todos remaban en la misma dirección. Todos a una, especialmente en los momentos difíciles. Nos han enseñado también la importancia de levantarse después de cada caída, de volver a luchar, de creer en la victoria incluso cuando ésta parece más lejana. Nos han enseñado también cómo hacer oídos sordos a las críticas, o, mejor aún, como servirse de esas críticas para lograr aún más fuerza. No fueron pocas las voces críticas hacia el seleccionador por llevar a la plantilla que llevaba, y hacia algunos de los jugadores, jugadores que han callado muchas voces con su juego y con su entrega.</div>
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Todas esas lecciones las podemos aplicar a nuestra vida. Luchar por nuestros sueños, y alcanzarlos, es posible si en ello se pone toda la pasión, todo el coraje, toda la rabia, toda la fuerza del mundo. Y constancia, mucha constancia. Trabajar un día y otro, después de cada victoria y después de cada derrota. Levantarse una vez y otra, pelear, bregar, dar cada día un nuevo paso, aunque sea pequeño. Y, como dije en mi último artículo, disfrutar del camino. Esa es otra de las cosas que han hecho nuestros héroes: disfrutar de cada partido, disfrutar de la convivencia entre ellos, pasárselo bien jugando al baloncesto. Y sufrir juntos cuando tocaba. Que la vida es eso, alegría y disfrute, pero también sufrimiento y tristeza. Todo ello, en la misma batidora, para alcanzar el éxito, para alcanzar la felicidad. Cada día. Paso a paso. ¡¡A por ello!!</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11891544161502923006noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-11029715.post-75207123086037662062015-09-14T21:03:00.000+02:002015-09-14T21:08:16.487+02:00DISFRUTAR DEL CAMINO<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-_TRPJFuc_DE/VfcYhwCJS3I/AAAAAAAABBo/YfDUZenqhJE/s1600/camino.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="148" src="http://4.bp.blogspot.com/-_TRPJFuc_DE/VfcYhwCJS3I/AAAAAAAABBo/YfDUZenqhJE/s320/camino.jpg" width="320" /></a></div>
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El pasado fin de semana tuve la suerte de vivir un intenso y bonito fin de semana junto a mis compañeros, coaches y formadores del curso de coaching en el que me encuentro embarcado. Se trataba del fin de semana de la confianza, fin de semana en el que hemos tenido la oportunidad de tomar conciencia de lo que significa confiar en nosotros mismos y en los demás (lo primero es esencial para que se dé lo segundo; si yo no confío en mí mismo, difícilmente voy a poder confiar en los demás). Y aprovecho, una vez más, para expresar mi <a href="http://alejandrorubiosanchez.blogspot.com.es/2015/08/vivir-el-agradecimiento.html" target="_blank">agradecimiento </a>por todo lo que estoy viviendo en este curso.</div>
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Pasaron muchas cosas a lo largo de ese fin de semana, todas muy bonitas y formativas. Pero quería centrarme hoy en un ejercicio, y la reflexión a la que ese ejercicio nos llevó, que tuvo lugar el sábado por la mañana. Se trataba de un ejercicio en el que cada uno se fijaba un objetivo, y a la de una, dos y tres, se lanzaba en su busca. El resultado fue que... en cuanto escuchábamos la palabra "tres", nos lanzábamos como locos a por nuestro objetivo, cual fieras salvajes se lanzan a por su presa en mitad de la sabana. No reparábamos en si teníamos algo por delante o no, no nos deteníamos a mirar quién caminaba -más bien corría- a nuestro lado, no nos fijábamos en nada más que en nuestro objetivo. Sólo nos importaba eso, conseguir el objetivo que nos habíamos marcado.</div>
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Y esto, querido lector, ¿no te dice algo? No hay más que echar un vistazo al mundo exterior para observar un comportamiento similar al que tuvimos mis compañeros y yo en esa mañana de sábado. Es más, ni siquiera hay que mirar hacia afuera. Basta con mirar cómo nos comportamos nosotros mismos en numerosas ocasiones. Vivimos en un mundo altamente competitivo, es más, la sociedad capitalista y consumista se basa precisamente en eso, en la lucha por alcanzar un objetivo. Se basa en la competencia feroz, en la ley del más fuerte, en la búsqueda del éxito a toda costa, sin importar lo que vamos dejando en el camino. En las empresas abundan los llamados "trepas", que tratan de llegar a lo más alto aun a costa de dejar cadáveres por el camino (hablo, evidentemente, en sentido metafórico). Los objetivos personales están a menudo muy por encima del compañerismo. Y para llegar a ellos vale todo. Vale la mentira, vale la hipocresía, vale la adulación al de arriba y la humillación del de abajo, vale la calumnia para eliminar competidores, vale el soborno, el tráfico de influencias, vale cualquier cosa que pueda ayudar a conseguir el premio final. Y eso se da tanto a nivel personal como, sobre todo, a nivel empresarial. Un ejemplo claro son los Bancos. El objetivo es ganar dinero, y para ello se enfangan en todo tipo de trampas legales para saquear a los clientes (no hay más que ver las abusivas comisiones a las que nos someten) y ganar cuanto más dinero mejor. Otro ejemplo son los partidos políticos, sobre los que sobra decir nada. Y todo esto empieza en la escuela. Ya desde pequeñitos nos enseñan a competir, nos dicen que debemos luchar por ser el mejor de la clase, por conseguir las mejores notas, nos hacen ver que si no conseguimos eso nunca podremos llegar a ser felices, no podremos hacer la carrera deseada, no podremos ser buenos médicos, buenos ingenieros, buenos arquitectos. Y, curiosamente, las asignaturas que hablan de la vida, como es la Filosofía, quedan a un lado, se les quita toda su importancia, se las considera asignaturas menores.</div>
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Vivimos en un mundo tan competitivo, que, en ese afán por conquistar nuestros objetivos, se nos acaba olvidando vivir. Como nos pasaba el sábado por la mañana en el citado ejercicio, corremos enloquecidos en pos de nuestro objetivo, y no miramos a nuestro lado. No miramos, ni mucho menos conversamos, con nuestros compañeros de camino. Ni siquiera nos fijamos en ellos, no los conocemos, no nos paramos a pensar si juntos podríamos llegar más lejos. Corriendo a todo correr se nos pasa la vida, y nos perdemos las maravillas que ésta nos regalaría si nos paráramos un poco a contemplarla despacio. Nos perdemos atardeceres y amaneceres, nos perdemos la risa de un niño, nos perdemos cientos de conversaciones agradables, nos perdemos la sabia conversación de un anciano, nos perdemos el placer de caminar bajo la lluvia y el secarnos después junto al fuego charlando sin prisas con los nuestros. Y nos perdemos cientos y cientos de oportunidades de una vida mejor, que ni siquiera vemos porque estamos centrados en un objetivo que, una vez que lo alcanzamos, muchas veces ni siquiera nos satisface. Y entonces buscamos otro... y comenzamos de nuevo a correr, una vez más olvidándonos de vivir.</div>
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El silencio, la quietud, la calma, el vivir despacio, son grandes lujos que dejamos de lado y que deberíamos recuperar para lograr una vida más plena, más satisfactoria, más feliz y más auténtica. El compañerismo, el colaborar unos con otros por encima de la maldita competencia, la solidaridad, la vida en común, todas esas cosas son las que nos hacen más humanos y por tanto más felices. Y no el ganar más dinero, el llegar más lejos, el trepar más alto, que lo que nos lleva es a envejecer más rápido y a tener el corazón podrido, el alma triste y la mirada apagada y gris.</div>
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Yo propongo, como medidas para ralentizar un poquito nuestras vidas, algunas ideas: dar de vez en cuando un paseo por el campo; aprender a meditar; pasar algunos minutos a solas cada día, en silencio; reducir drásticamente el tiempo dedicado a ver TV y sustituirlo por la lectura de un buen libro y/o por la conversación pausada con la familia y los amigos; si eres jefe dentro de una empresa, dedicar tiempo a conocer a tus empleados; y si no lo eres, dedicar ese mismo tiempo a conocer a tus compañeros. Son sólo algunas ideas. Se me ocurren muchas más, pero se me ocurre también otra cosa: tú que me lees, piensa en alguna idea diferente a las que yo acabo de plasmar aquí, y déjamela en un comentario. Si todos los que me leéis lo hacéis, podemos, entre todos, terminar un bonito artículo. También te invito a compartir este artículo con familiares, amigos, compañeros de trabajo, conocidos... y así agrandar aún más el número de ideas. ¿Te animas? </div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11891544161502923006noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-11029715.post-8978643751868780852015-09-09T12:07:00.000+02:002015-09-09T12:07:47.444+02:00LA VIDA EN HORA Y MEDIA<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://1.bp.blogspot.com/-PbCCf9toEW4/Ve_6MuQqP6I/AAAAAAAABAo/Hr5Le28P42o/s1600/la%2Bfoto%2B1%2B%25282%2529.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://1.bp.blogspot.com/-PbCCf9toEW4/Ve_6MuQqP6I/AAAAAAAABAo/Hr5Le28P42o/s320/la%2Bfoto%2B1%2B%25282%2529.JPG" width="320" /></a></div>
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El pasado viernes por la tarde, después de comer, decidí ir a dar un paseo por El Pardo, con Zarko, mi perro. Así que cogí el coche, y allí nos fuimos. Llegamos a eso de las 15.30, quizá un poco después. No había nadie, estábamos solos, todo era perfecto para pasar un rato relajante, alejados del ruido, de la contaminación, del bullicio de la ciudad. Sólo había una pega, si es que se le podía considerar pega (quizá para otros lo fuera, para mí, en principio, no tanto): el cielo amenazaba tormenta. Si mirabas hacia un lado, aún había tramos bastante despejados. De hecho, nuestros primeros pasos fueron acompañados de un sol que picaba en el cuello al caminar. Pero si mirabas hacia el lado contrario... densas nubes, cada vez más negras, parecían anunciar un segundo diluvio universal. Pero como decía antes, para mí, en principio, una tormenta de verano no es un gran obstáculo para darme un paseo por el campo. Sí lo sería si el destino fuera otro, y si la tormenta fuera eléctrica. Pero en este caso, lo más que me podía pasar era que me mojara un poco. Así que decidí continuar.</div>
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Y a medida que lo hacía, las nubes se acercaban cada vez más, cada vez eran más densas, más oscuras, más amenazantes. Algunos kilómetros más allá, hacia el oeste, en la sierra, las nubes ya descargaban con fuerza. Y todo parecía apuntar a que era cuestión de tiempo que descargara también sobre nosotros. Paré un momento mientras Zarko buscaba conejos entre los matojos de piorno. Dudé si continuar o no la marcha... y finalmente decidí desafiar a la tormenta y seguir caminando.</div>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-DTRVAU3RAuU/Ve_7cmLBkeI/AAAAAAAABAw/SWOOkQibYaQ/s1600/la%2Bfoto%2B2.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://2.bp.blogspot.com/-DTRVAU3RAuU/Ve_7cmLBkeI/AAAAAAAABAw/SWOOkQibYaQ/s320/la%2Bfoto%2B2.JPG" width="320" /></a></div>
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El paseo era agradable, la temperatura también. El sol, que al principio molestaba, ya había dejado de hacerlo. Caminábamos Zarko y yo solos, acompañados de vez en cuando por algún conejo o alguna liebre que hacían las delicias de mi atlético perro. Nunca los coge, y no por falta de velocidad. Antes o después los astutos lepóridos encuentran una madriguera donde esconderse o un matorral tras el que hacer un quiebre de despiste. Pero a Zarko no le importa. El hecho de perseguirlos, aun no logrando darles alcance, ya es para él gran motivo de satisfacción. Y para mí... para mí es una delicia verle correr, deleitarme con sus movimientos gráciles y atléticos, verle suspenderse en el aire galopando entre los matorrales.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
De vez en cuando me detenía a hacer alguna foto. La naturaleza me regalaba maravillosos cuadros dignos del mejor de los pintores. Es una de las buenas cosas de las tormentas. Las nubes proporcionan al cielo una magia especial, le dan un aspecto tétrico y a la vez embriagador, lo dibujan con una luz especial y un colorido sin igual. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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De pronto comenzó a levantarse un aire, al principio no demasiado fuerte pero que iba incrementando su potencia poco a poco, y que traía consigo algunas gotas de agua, de momento pocas. Pero todo avanzaba a gran velocidad. La fuerza del viento, las nubes, cada vez más densas y oscuras... Hasta que el cielo quedó encapotado del todo, y en cuestión de segundos comenzó a llover con furia, al tiempo que la temperatura bajaba de golpe varios grados. Mientras, Zarko permanecía ajeno a la climatología, y seguía a lo suyo, que era jugar con palos y perseguir conejos.</div>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-20uTI0eaF0U/Ve_-kbNl9QI/AAAAAAAABA8/htH0WaM5HmI/s1600/la%2Bfoto%2B3.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://4.bp.blogspot.com/-20uTI0eaF0U/Ve_-kbNl9QI/AAAAAAAABA8/htH0WaM5HmI/s320/la%2Bfoto%2B3.JPG" width="320" /></a></div>
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<div style="text-align: justify;">
Y en medio de la tormenta, caminando bajo la lluvia, nos topamos con la muerte. ¡Ah, la muerte, esa indeseada, esa cruel compañera de camino, esa desconocida! Huimos de ella como de la peste, le damos la espalda, no queremos ni oírla nombrar. Y sin embargo, ella, caprichosa y burlona, siempre está ahí, siempre al acecho, siempre a la vuelta de la esquina, esperando su momento, segura de atraparnos en cualquier estación de nuestro viaje. Y yo me pregunto... ¿qué sentido tiene ignorarla? ¿Qué pretendemos conseguir declarándola tabú? Al fin y al cabo, si hay algo seguro en nuestras vidas es que nos vamos a morir. Y de nada sirve ignorarla. </div>
<div style="text-align: justify;">
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Pero no, no pretendo, hablando hoy de la muerte, amargarle a nadie la mañana (o la tarde, o la noche, o el momento en el que estés leyendo esto). Al fin y al cabo, no estoy hablando de nada que no conozcamos de sobra. A lo que quiero llegar es a que... si dejáramos de vivir de espaldas a la muerte, si dejáramos de vivir como si nunca nos fuéramos a morir, quizá nuestra vida sería más plena, quizá aprovecharíamos mejor cada momento de nuestra existencia, quizá viviríamos con mayor intensidad. Y es probable que, al llegar el momento de salir de este mundo, lo hiciéramos con mayor dignidad, con más valentía, sin tanto miedo, sin tanto dramatismo. Dicen que uno muere como ha vivido. Si vivimos como cobardes, moriremos como cobardes. Y si vivimos valientemente, exprimiéndole a la vida todo su jugo, moriremos con valentía.</div>
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<a href="http://1.bp.blogspot.com/-_O6-DJEvjz0/VfAAmkgewsI/AAAAAAAABBI/NpYNLqICaMk/s1600/la%2Bfoto%2B4.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://1.bp.blogspot.com/-_O6-DJEvjz0/VfAAmkgewsI/AAAAAAAABBI/NpYNLqICaMk/s320/la%2Bfoto%2B4.JPG" width="320" /></a></div>
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Y tras la tormenta, igual que ocurre en la vida, salió el sol. El viento se llevó las nubes, y con ellas a la lluvia, que fue disminuyendo su fuerza poco a poco hasta desaparecer por completo (aunque, curiosamente, durante un rato seguía cayendo aun sin ninguna nube en el cielo). Igual ocurre, decía, en nuestras vidas. De vez en cuando aparecen tormentas que amenazan con destruirlo todo. Parece que van a ser eternas, que nunca van a desaparecer. Nos hacen creer que nuestra vida ya será siempre así, gris, oscura, triste, sin esperanza ninguna. Sin embargo, antes o después, muchas veces cuando menos lo esperamos, las nubes desaparecen y sale el sol para hacer brillar de nuevo nuestra vida. Pero... esos momentos de luz no serían igual de brillantes sin haber pasado antes por las oscuras tormentas. La calma no tendría valor sin la tempestad. Ambas son necesarias, son ingredientes, para alcanzar una felicidad plena. Son la cara y la cruz de la misma moneda, no se pueden separar. Y cuando lo intentamos, cuando pretendemos vivir siempre en la luz sin aceptar la oscuridad, es cuando aparecen las neurosis, las depresiones, la amargura (sin negar, eso sí, que todo esto pueda aparecer a veces por otras causas ajenas a nosotros). Lo bueno es saber que, al final, siempre sale el sol.</div>
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<a href="http://3.bp.blogspot.com/-KOU_xxmcE_Y/VfAC_gb1spI/AAAAAAAABBU/mil9UTlMd1Q/s1600/la%2Bfoto%2B5.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://3.bp.blogspot.com/-KOU_xxmcE_Y/VfAC_gb1spI/AAAAAAAABBU/mil9UTlMd1Q/s320/la%2Bfoto%2B5.JPG" width="320" /></a></div>
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Finalmente llegué al coche seco y sin rastro de haber caminado durante casi una hora bajo la lluvia. En hora y media de paseo (poco más), pude disfrutar de numerosos regalos que esa tarde me quiso hacer la naturaleza, invitándome a reflexionar sobre la vida. Me regaló también unas cuantas fotos, algunas de las cuales comparto con vosotros en este artículo.</div>
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Una vez más, gracias por leerme, por estar ahí. Por vuestros comentarios, por vuestros ánimos, por vuestras felicitaciones, por vuestras críticas. Gracias por vuestra presencia.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11891544161502923006noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-11029715.post-29184852329279770282015-09-01T12:10:00.000+02:002015-09-01T14:27:13.707+02:00¿TE VAS A QUEDAR AHÍ TIRADO?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-N0JYenYU6YU/VeV4FePkl8I/AAAAAAAABAQ/ogozteuQtDE/s1600/NO-TE-RINDAS%2B%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://4.bp.blogspot.com/-N0JYenYU6YU/VeV4FePkl8I/AAAAAAAABAQ/ogozteuQtDE/s320/NO-TE-RINDAS%2B%25281%2529.jpg" width="232" /></a></div>
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Estaba preparando una charla que tengo que dar próximamente, y buscando material para la misma me he reencontrado con un vídeo que ya vi hace tiempo. Se trata de un fragmento de una conferencia de Nick Vujicic, un hombre que nació sin brazos ni piernas. Lo he visto ya varias veces, y cada vez que lo veo vuelvo a emocionarme. Os dejo con Nick, y luego comentamos.</div>
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<iframe allowfullscreen="" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/X_XW6Y-K3QE/0.jpg" frameborder="0" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/X_XW6Y-K3QE?feature=player_embedded" width="320"></iframe></div>
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La calidad del vídeo no es la mejor, pero tampoco es necesario mucho más. El mensaje se entiende perfectamente. Y, la verdad, no habría mucho que decir, no habría más que añadir. Pero yo me pregunto... ¿por qué nos quejamos tanto? ¿Por qué, en cuanto las cosas nos salen mal, o no salen como nosotros queríamos, o no salen a la primera, tiramos la toalla y nos vamos a un rincón a llorar? ¿Por qué, de qué nos sirve, hacernos las víctimas, echar la culpa de todo a nuestro entorno, a la sociedad, al sistema, en lugar de hacernos responsables de nuestra propia vida? El protagonista del vídeo bien podría haber pensado, "la vida para mí no tiene sentido, no puedo hacer nada". Y sin embargo, ahí lo tenemos, dando ejemplo de coraje y superación. Podéis encontrar muchos más vídeos sobre él en la red. Por ejemplo, hay uno en el que nos cuenta un poco de cómo se las arregla en casa. Podéis verlo pinchando en este <a href="https://www.youtube.com/watch?v=6ZumF7cTQgw" target="_blank">enlace</a>. </div>
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Ahora Nick, que podía haberse dedicado a lamentar su mala suerte, está casado con una bellísima mujer y tiene un hijo encantador. Todos los días, o casi todos, publica en las redes sociales, recordando al mundo que la vida puede, y debe, vivirse intensamente. </div>
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Ayer por la noche, cuando trataba de dormirme, me llegó la noticia del fallecimiento de un compañero de un curso reciente. Eduardo tenía 41 años y un accidente de tráfico acabó con su vida. Pero... ¿por qué cuento esto? ¿Qué tiene que ver con lo que estamos hablando? Pues tiene que ver mucho. Tiene que ver que no sabemos cuándo nos vamos a ir de este mundo. Eduardo lo estaba pasando mal, su vida no era como le gustaría. Pero luchaba para salir adelante, y, poco a poco, lo iba consiguiendo. Finalmente, probablemente cuando menos lo esperaba, y cuando un montón de planes le esperaban a la vuelta de la esquina, lo que encontró fue la muerte. Y eso nos puede pasar a cualquiera. Ninguno estamos libre de ello. Todos tenemos fecha de caducidad, nuestro paso por este mundo es efímero. Por eso, ¿no deberíamos exprimir a fondo cada uno de los instantes de cada uno de los días de nuestra vida? No sabemos si va a ser el último. </div>
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Nick nos enseña a ello. Nos enseña a levantarnos cada vez que caemos, una, dos, diez, mil veces, las que sean necesarias. Nos enseña a saltar por encima de las dificultades, a reírnos de ellas, a afrontarlas con coraje y dignidad. Nos enseña a vivir la vida con alegría, sin excusas, haciéndose responsable de lo que le ha tocado vivir, de sus circunstancias, de sus incapacidades. Y si él puede, ¿no vamos a poder nosotros? </div>
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¡Adelante con la vida! Adelante con sus grandezas y con sus miserias, adelante con sus pruebas y sus dificultades. Adelante, siempre adelante, con la cabeza bien alta y levantándose tras cada caída. No dejes atrás tus sueños, lucha por ellos, inténtalo una y otra vez, hasta que salga. Renuncia a permanecer en tu zona de confort, sal de ella, rompe los límites que tú mismo te has creado. Empieza a vivir y hazlo ya. Mañana puede ser demasiado tarde.</div>
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<a href="http://3.bp.blogspot.com/-56V7vjrc3-A/VeV3qdfosCI/AAAAAAAABAI/SnYxnt3zHqU/s1600/edu.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://3.bp.blogspot.com/-56V7vjrc3-A/VeV3qdfosCI/AAAAAAAABAI/SnYxnt3zHqU/s320/edu.jpg" width="180" /></a></div>
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Aprovecho para, ya que le he mencionado, mandar desde aquí mis mejores deseos a Edu. Allá donde estés, querido amigo, allá desde donde leas estas líneas, descansa en paz y vela por los que nos quedamos aquí. Los que te conocimos, mientras vivamos, no te olvidaremos, tenlo por seguro. Yo siempre recordaré tu mirada en aquella dinámica de trabajo que hicimos juntos en el <a href="http://www.civsem.com/cursos.php?id=1" target="_blank">DPOP</a>. Aún no conocía a nadie, era el principio de curso. Tú fuiste el primero. Y contigo como testigo firmé mi primer compromiso de aquellos tres meses. Ese compromiso, que hasta hoy sólo tú y yo sabíamos, y que hoy hago público, consistía en abrirme a los demás, en dejar de lado mi timidez, en hacerme querer por los demás y darles lo mejor de mí. Durante el curso fui cumpliendo con creces aquel compromiso, y hoy sigo trabajando con él y compartiendo mi grandeza con los demás. Desde ahora, tú me darás fuerzas para seguir cumpliéndolo. Gracias, amigo. Descansa en paz.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11891544161502923006noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-11029715.post-59416311107371249552015-08-30T15:38:00.002+02:002015-08-30T15:39:08.594+02:00TENER RAZÓN<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-GlIy_DBFiJ0/VeMHRRiXiBI/AAAAAAAAA_0/zLl8Vo074RQ/s1600/razon.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="217" src="http://2.bp.blogspot.com/-GlIy_DBFiJ0/VeMHRRiXiBI/AAAAAAAAA_0/zLl8Vo074RQ/s320/razon.jpg" width="320" /></a></div>
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El otro día tuve una pequeña discusión de tráfico que no llegó a mayores. Yo circulaba por una rotonda, y lo hacía por fuera, como debe hacerse. Entonces, otro conductor que la hacía por dentro quiso salir de ella y casi golpea mi coche. Frené, evité la colisión, y ambos nos recriminamos nuestra mala conducción. Él me dijo que había que mirar, y yo le dije que las rotondas se hacen por fuera. Entonces él se dio cuenta de que yo tenía razón, inicialmente lo reconoció, pero inmediatamente me echó en cara el habérselo dicho de malas maneras y me insultó. Parecía que el carecer de razón le enervó hasta ese punto. Y esto, después del calentón, me hizo reflexionar. Esta vez yo tenía la razón. Él no la tenía, y le molestó no tenerla. Pero otras veces es al revés. Soy yo el que se equivoca, el que no lleva razón... y el que se carga de ella y se enfada porque le molesta no tenerla.</div>
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¿Por qué nos pasa esto? ¿Por qué siempre queremos llevar la razón, y cuando nos damos cuenta de que no la tenemos, nos molesta, no lo reconocemos, nos enfadamos, y además seguimos erre que erre tratando de demostrar que sí la tenemos? ¿Por qué nos cuenta tanto ser humildes? ¿Qué ganamos teniendo razón, aun cuando no la tengamos? ¿Y qué perdemos si reconocemos que nos hemos equivocado y que no tenemos razón? ¿Qué perdemos pidiendo perdón? </div>
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Creo que es una actitud muy absurda la que tenemos a menudo, de no querer reconocer que no siempre tenemos razón, que nos equivocamos, que no lo sabemos todo, y que a veces hacemos las cosas mal. ¿No sería más fácil la actitud contraria? Bueno, más fácil quizá no, y a la vista está, pues pocas veces actuamos así. Pero... ¿no sería mejor para nuestra convivencia con los demás? Incluso, ¿no sería mejor para nosotros mismos? Si reconocemos que no tenemos razón, agachamos la cabeza y reconocemos nuestros errores, incluso pedimos perdón por ellos, obtendremos diversos beneficios. Por un lado, sentiremos la tranquilidad y la paz de habernos reconocido imperfectos. Cuando uno se da cuenta de que no tiene razón, y aun así se pone como un energúmeno para defender su razón, en el fondo se siente mal y acaba enfadándose consigo mismo (es, al menos, lo que me pasa a mí). En cambio, cuando uno reconoce que se ha equivocado, acaba quedándose más tranquilo, se quita un peso de encima. Por otro lado, se evitan conflictos con otras personas, con lo que mejora la convivencia. Y por otro, estamos más abiertos a aprender de los demás... y también de nuestros propios errores. Gracias a nuestros errores, y al punto de vista de los demás, nos vamos haciendo más sabios.</div>
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Entonces... ¿no es mejor actuar con humildad que con orgullo y prepotencia? Parece que sí, pero... nos cuesta, no parece ser algo natural en nosotros, la humildad parece ser una virtud harto difícil que conquistar. Y es que, dicen los entendidos, que cuando uno se cree humilde ya está dejando de serlo. Aunque esto quizá sería salirse del tema que me trae hoy aquí, quizá sería motivo de otro artículo. Lo que yo quería proponer hoy es que hagamos el esfuerzo de reconocer que no siempre tenemos razón, y que, cuando nos demos cuenta de que no la tenemos, demos un paso atrás y rectifiquemos, pidamos perdón si es necesario, y reconozcamos al otro su razón. Pienso que esto facilitaría mucho la convivencia entre todos. Si lo hacemos en nuestros círculos más cercanos, se irá extendiendo poco a poco, y la sociedad mejorará. Estas cosas funcionan así: cambia tú, y cambiará tu entorno. ¿Te animas? ¿Me acompañas? Venga... ¡vamos!</div>
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Agradezco tus comentarios en el blog, agradezco también que difundas mis artículos, y agradezco mucho que me critiques, que me des caña, que me digas con qué no estás de acuerdo y por qué, que me expliques cuál es tu punto de vista. También agradezco, por supuesto, los piropos. Pero con ellos aprendo menos que con tus críticas. ¿Me ayudas a crecer? ¡Gracias!</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11891544161502923006noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-11029715.post-31115424020036107132015-08-21T20:38:00.000+02:002015-08-21T20:38:04.895+02:00COMPROMISO<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-VO0ZbWBFDSM/Vddv4UXWgII/AAAAAAAAA_k/08RMT6NlGho/s1600/compromiso.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-VO0ZbWBFDSM/Vddv4UXWgII/AAAAAAAAA_k/08RMT6NlGho/s1600/compromiso.jpg" /></a></div>
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La vida es puro compromiso, y, sin embargo, a menudo pienso que es algo de lo que huimos. No es algo que esté de moda, el compromiso. Se lleva mucho eso de las relaciones sin compromiso, quizá por un miedo a perder libertad, una falsa libertad, diría yo. Cuántas parejas se rompen por no ser capaces de ser fieles a un compromiso. Y cuantas promesas no se cumplen por lo mismo, por esa falta de fidelidad, a los demás y a uno mismo.</div>
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Paradójicamente, siento que a veces se habla demasiado. Se prometen muchas cosas, sin saber siquiera si se van a poder cumplir, o sin llegar al verdadero compromiso de cumplirlas, pase lo que pase. Esto ocurre de forma especialmente visible en la política. No hace falta poner ejemplos, todos estamos hartos de promesas no cumplidas por parte de los políticos, de un signo o de otro. Se promete para ganar votos, incluso sabiendo que no se va a poder cumplir lo que se promete. Es decir, se miente. Porque cuando uno promete algo sabiendo que no lo va a cumplir, lo que está haciendo es mentir. Y si se promete dudando de si se podrá cumplir o no lo prometido, quizá no se mienta, pero se está siendo un tanto temerario. Y se está poniendo en juego la honorabilidad y lacredibilidad, ya que si prometemos algo y luego no lo cumplimos, la próxima vez será más difícil que nos crean, que confíen en nosotros.</div>
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El compromiso, como vemos, está directamente relacionado con la promesa. Cuando uno llega a un compromiso con alguien, o consigo mismo, está prometiendo algo. Está haciendo una declaración de promesa. Y esa declaración debería llevar consigo la obligación de poder cumplir lo que se promete. Y no sólo de poder cumplirlo, sino de estar dispuesto a ello, incluso cuando las circunstancias no sean las mejores, incluso cuando se compliquen las cosas. Evidentemente, a veces surgen complicaciones, surgen imprevistos que dificultan el cumplimiento de nuestras promesas, el ser fieles a ese compromiso adquirido. En principio habría que prever esas complicaciones, pero en el caso de que no sea posible, entonces hay que estar prontos a pedir perdón y a tratar de reparar el posible daño causado de la mejor forma posible.</div>
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Cuando prometemos algo, puede ser de motu propio o puede ser a instancias de otro, es decir, por algo que alguien nos pide. Y esa promesa implica una nueva declaración, la declaración del sí. Cuando decimos sí a algo que nos piden, nos estamos comprometiendo a cumplirlo. Y, al hacerlo, estamos poniendo en juego el valor de nuestra palabra. Si una vez y otra no cumplimos aquello con lo que nos comprometemos, estaremos restando valor a lo que decimos, será difícil que se confíe en nosotros. Y a veces no hace falta incumplir reiteradamente las promesas. A veces basta con haberse comprometido con algo grave, con algo importante, y haberlo incumplido, para que se deje de confiar plenamente en nosotros. Por tanto, el valor de nuestra palabra depende en gran medida de lo que hagamos con nuestras promesas, con los compromisos que adquirimos. Es importante, pues, no hacer promesas a la ligera, no hablar de más, no fanfarronear, pensar las cosas dos veces antes de decirlas o de hacerlas. Porque, además de poner en juego el valor de nuestra palabra, podemos estar poniendo también en juego la sensibilidad de terceras personas, podemos causar un daño importante en el caso de incumplir lo prometido.</div>
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Otra declaración que entra en juego a la hora de comprometerse o no con algo es la declaración del no. Si se nos pide algo que no está a nuestro alcance, o que dudamos de si vamos a poder cumplir, entonces deberíamos decir que no, o, cuanto menos, pensarlo muy bien antes de decir que sí. Valorar muy bien la situación antes de comprometernos a nada. Cada vez que consideramos que deberíamos decir no, y no lo decimos, estamos comprometiendo nuestra dignidad. Es, por tanto, importante aprender a decir que no cuando hay que decirlo.</div>
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Finalmente, para comprometerse con algo, y, especialmente, para comprometerse con alguien, hacen falta altas dosis de lealtad, de generosidad, de honestidad, de sinceridad, de valentía. Decía anteriormente que el compromiso no está de moda, y es que vivimos en una sociedad demasiado individualista, demasiado egocéntrica, una sociedad en la que los individuos miran demasiado hacia dentro, hacia sí mismos. Una sociedad en la que se exalta el valor de la libertad hasta hipertrofiarlo y confundirlo, una sociedad en la que el miedo al compromiso está a la orden del día, y, para no admitirlo, se disfraza de otras cosas. Nos contamos historias a nosotros mismos para justificarlo. Disfrazamos ese miedo con palabras como independencia, necesidad de libertad, autosuficiencia. Pero pienso que ello, a la larga, nos lleva a la más absoluta soledad. Queremos ser libres y somos esclavos de nuestros miedos y de nuestro egoísmo; queremos ser independientes y somos dependientes de nuestros vicios; fingimos ser autosuficientes cuando en realidad lo que necesitaríamos sería reconocer nuestra vulnerabilidad. Y eso no significa ser débil, no significa ser dependiente, no significa ser esclavo de nada ni de nadie. Significa, simplemente, que somos seres imperfectos, con virtudes y defectos, con seguridades e inseguridades, con fortalezas y debilidades, con miedos que afrontar. Y reconocer los miedos, las limitaciones, las incapacidades, no es de débiles sino de valientes.</div>
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Al final, la clave de todo está en el amor. En primer lugar, a nosotros mismos. Saber querernos y aceptarnos como somos, con nuestras diferencias y nuestras exclusividades. Y, a partir de ahí, el amor a los demás (dicen que las puertas de la felicidad se abren hacia afuera). Si nos aceptamos a nosotros mismos, es mucho más fácil que lo hagamos con los demás, y es mucho más fácil que seamos capaces de comprometernos, de cumplir nuestras promesas, incuso de dar un sí para toda la vida, aun cuando caigan chuzos de punta. Amar y ser amado. Esa es, al final, la aspiración de todo ser humano. Esa es, probablemente, la clave de la felicidad.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11891544161502923006noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-11029715.post-15188589306053793742015-08-10T17:24:00.000+02:002015-08-10T17:24:00.240+02:00EL AMOR NO SE MENDIGA<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-Y9UGwCctd4I/VcjB6Xa8qmI/AAAAAAAAA_Q/8YL2Bvlwxyo/s1600/mendiamor.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="302" src="http://3.bp.blogspot.com/-Y9UGwCctd4I/VcjB6Xa8qmI/AAAAAAAAA_Q/8YL2Bvlwxyo/s320/mendiamor.jpg" width="320" /></a></div>
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El vídeo que comparto a continuación es tan expresivo que no necesita explicación ninguna. De una forma clara y sencilla esta mujer nos habla de dignidad, de amor, de autenticidad... Ella se dirige a las mujeres, pero es perfectamente aplicable a los hombres. Os dejo con el vídeo, y después comentamos un poco.</div>
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<iframe width="320" height="266" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/T6MvPJJ0Yv8/0.jpg" src="https://www.youtube.com/embed/T6MvPJJ0Yv8?feature=player_embedded" frameborder="0" allowfullscreen></iframe></div>
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¿Qué más decir? Pues eso... ¡¡quiérete, coño, quiérete!! Lo dice muy clarito: si alguien quiere estar contigo, va a buscar la forma de estar contigo. Moverá Roma con Santiago, pondrá el mundo patas arriba si es preciso, hará lo que tenga que hacer, y sacará tiempo, tiempo de calidad, para estar contigo. Te hará saber, no sólo de palabra sino sobre todo con hechos, que tú eres la persona más importante en su vida, que su mundo gira en torno a ti, que eres el centro de su universo. Y si esto no es así... plantéate esa relación. Si nunca tiene tiempo para estar contigo, si siempre tiene mucho trabajo, si tiene siempre una razón para no verte, si te da las migajas de su tiempo... quiérete y búscate otro, búscate otra. Todo eso, el trabajo, los amigos, los compromisos, la familia, el perro, los viajes de negocios, lo que sea que te cuente como excusa para no verte son eso, excusas y nada más que excusas. No pierdas el tiempo con quien no quiere ganarlo contigo, no supliques que te dedique su atención, no gastes ni un sólo minuto de tu vida con alguien que demuestra no merecerte. Si alguien te quiere de verdad ha de demostrarlo, y ten por seguro que si ese amor es verdadero lo hará. Y si no lo hace... quiérete y mándale a paseo. No pierdas tu tiempo, que el amor no se mendiga.</div>
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Pero este vídeo tiene doble dirección. Si de verdad quieres a alguien... compórtate como un <a href="http://alejandrorubiosanchez.blogspot.com.es/2015/03/sal-con-un-valiente.html" target="_blank">valiente</a>, arriesga tu vida por esa persona, conviértela en tu centro, en tu mayor pasión, en lo que da sentido a tu vida. Vuelve loca, loca de amor a esa persona, no te guardes nada, dáselo todo, haz que sienta que no hay otra, otro, en el mundo más que ella, que él. No te guardes ni un sólo beso, ni una sóla caricia, ni un sólo te quiero. No racanees tus atenciones, tus detalles, tus gestos de cariño. Sorpréndela, sorpréndele, vela por sus sueños, conquístala, conquístale cada día, uno sí y otro también. Y cuando no tengas ganas, cuando estés cansado, cuando la vida te pese... redobla tus esfuerzos, que es en esos momentos cuando más hay que demostrar el amor. Es en los momentos de aridez y de desgana cuando hay que echar el resto para volverse a enamorar, para volver a enamorar a la persona querida. ¡Quiérela, coño, quiérela! No pongas excusas, no te inventes cuentos, no te engañes contándotelos a ti mismo. Quiérela, y punto. Y demuéstraselo. Y si no estás dispuesto, déjala marchar, déjala libre, que no mereces su amor.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11891544161502923006noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-11029715.post-24969489157514153512015-08-07T12:54:00.000+02:002015-08-07T12:54:24.773+02:00SIC TRANSIT GLORIA MUNDI<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-SED4GTUJhFw/VcSGRD7AugI/AAAAAAAAA-4/02FPVw-RWGk/s1600/roberto.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://2.bp.blogspot.com/-SED4GTUJhFw/VcSGRD7AugI/AAAAAAAAA-4/02FPVw-RWGk/s320/roberto.jpg" width="320" /></a></div>
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Hace dos días murió Roberto, de un infarto. No tuve la suerte de conocerle, tan sólo un par de minutos, un hola y un adiós a las puertas del Retiro. Me lo presentó Jose, mi compañero y amigo en el DPOP (curso de desarrollo personal que trajo a mi vida gente maravillosa). No tuve la suerte de conocerle, digo, pero lo que he oído de él es todo bueno. Era, seguro, como se suele decir, un hombre bueno. No sé cuántos años tenía, pero, como se puede ver en la foto, era joven. Un infarto se lo llevó, dejando un vacío en las vidas de todos los que frecuentaban su amistad.</div>
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Cuando leí la noticia de su muerte, me quedé paralizado. No lo podía creer. Aquel hombre de sonrisa profunda, mirada afable y apretón firme de manos (como a mí me gusta, como dan la mano las personas recias), aquel hombre ya no estaba entre nosotros. Y eso me dio mucho que pensar. La vida son dos días, como se suele decir... y no nos damos cuenta hasta que algo así sucede. Lo malo es que sucede, nos llevamos las manos a la cabeza, nos quedamos conmocionados... y a los tres días estamos de nuevo en nuestras cosas, como si nada hubiera sucedido, sin aprender nada nuevo.</div>
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La vida pasa, y pasa rápido. Y la muerte nos llega a todos. Antes o después, pero llega. Es lo más cierto que sabemos desde que nacemos. Nuestro paso por este mundo es transitorio, es fugaz, tiene fecha de caducidad, aunque no la conozcamos. Y sin embargo, nos negamos a aceptarlo. Tenemos tanto miedo a la muerte que vivimos de espaldas a ella. No queremos nombrarla, la queremos bien lejos, es nuestro enemigo silencioso, que nos espera a la vuelta de la esquina, y que tratamos de burlar, engañándonos a nosotros mismos, porque por mucho que hagamos, antes o después nos alcanzará.</div>
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Pero... ¿tiene sentido huir de la muerte, vivir de espaldas a ella? Si es algo que está ahí, cada día, ¿por qué empeñarnos en ocultarla? No quiero, ni mucho menos, convertir este artículo en una dosis de pesimismo. Más bien todo lo contrario. Aceptar que nos vamos a morir, enfrentar de cara a la muerte y tratarla de tú a tú, puede ser, debería ser, la mejor forma de vivir una vida en plenitud. ¡Cuántos "mañana lo haré" nos ahorraríamos! Mañana lo haré, sí, pero... ¿y si no hay un mañana para mí? Nos pasamos la vida aplazando las cosas pensando que ya las haremos, creyendo que nuestro tiempo es infinito. Pero el día menos pensado todo se acaba. Y de pronto nos quedamos sin decir a aquella persona lo mucho que la queríamos, nos quedamos sin besar y sin abrazar a nuestros seres queridos, nos quedamos sin pedir perdón a aquel amigo con el que nos enfadamos por una tontería, nos quedamos sin hacer tantas y tantas cosas porque ya las haremos mañana...</div>
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La noticia de la muerte de Roberto me ha hecho reflexionar mucho. Pienso, y me lo aplico a mí el primero, que deberíamos vivir la vida con mucha más intensidad de lo que la vivimos. Tantas horas perdidas, tantas oportunidades que pasan por no atrevernos, por no arriesgar, por aplazar momentos que puede que nunca lleguen. A menudo vivimos la vida con miedo, con miedo a equivocarnos, con miedo a perder, con miedo al ridículo, con miedo a amar, con miedo a atravesar puertas por no estar seguro de lo que hay detrás, con miedo a comenzar caminos por no saber si nos llevarán donde queremos... Y mientras, la vida pasa, inclemente, no espera a nadie, no se detiene. ¿A qué estamos esperando para vivirla en plenitud? ¿A qué esperamos para exprimirla a tope, para sacarle todo su jugo, para bebérnosla a chorros? Si nos caemos, ya nos levantaremos. Si nos equivocamos, ya rectificaremos, si nos perdemos ya nos reencontraremos, si no sabemos a dónde vamos ya empezaremos de nuevo. Pero vivamos, vivamos sin miedo y arriesgando, porque sólo tenemos una oportunidad.</div>
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Si quieres a alguien, díselo, y haz lo que tengas que hacer para que se entere; si te gusta alguien, díselo, no te andes con tiras y aflojas y con tonterías de adolescente; si tienes algún conflicto con alguien perdónale y pídele perdón; si tienes una idea entre manos y te da miedo arriesgar, arriésgate ya; si tienes un sueño persíguelo; si quieres correr una maratón empieza ya a entrenar; si quieres subir una montaña súbela, si quieres aprender a nadar ponte a ello; si quieres amar, ama, y hazlo a lo grande, con mayúsculas, sin guardarte nada por miedo a salir herido, sin miedo a perder, sin miedo a arriesgar. Pero hazlo ya, no te quedes tirado en el sofá esperando a mañana... porque no sabes si mañana llegará. Y los demás se merecen que les des lo mejor de ti. La vida te está esperando, no la defraudes. Sal afuera, rompe tu cascarón, tu zona de confort, libera el hombre, la mujer valiente que llevas dentro, y cómete el mundo. Demuéstrale a la muerte que no le tienes miedo. Ríete de ella a carcajadas. </div>
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Decía Víktor Frankl que no importa lo que esperes tú de la vida, sino que lo que importa es lo que la vida espere de ti. Y la vida son los demás, es la gente que te quiere, son las montañas que están esperando a que las subas, los ríos que desean que los cruces a nado, esas páginas en blanco deseosas de que escribas en ellas tus mejores composiciones, la vida son todas esas oportunidades que no debes dejar escapar por miedo a perder. Estoy seguro de que Roberto, desde donde ahora esté, con la sabiduría que ya ha alcanzado, nos anima a ello. Vamos a vivir, vamos a conquistar el mundo.vamos a AMAR. Así, con mayúsculas. Es la mejor forma de afrontar la muerte, de cara, sin miedo. Descansa en paz, Roberto.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11891544161502923006noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-11029715.post-49982316339199000272015-08-03T17:37:00.000+02:002015-08-03T17:37:28.445+02:00VIVIR EL AGRADECIMIENTO<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-cGxlxnnQWxs/Vb-KsdJAyfI/AAAAAAAAA-k/SHzgM6d_KmQ/s1600/%25C2%25A1gracias_gran.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="228" src="http://2.bp.blogspot.com/-cGxlxnnQWxs/Vb-KsdJAyfI/AAAAAAAAA-k/SHzgM6d_KmQ/s320/%25C2%25A1gracias_gran.jpg" width="320" /></a></div>
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El agradecimiento, como cualquier otra cosa en la vida, se demuestra andando. Dar las gracias por algo, un favor, un servicio, una ayuda prestada... puede ser un simple gesto de educación, una fórmula de cortesía o algo mecánico que nos sale porque nos lo enseñaron de pequeños. Pero el agradecimiento es otra cosa, el agradecimiento es una actitud. Como el amar. No basta con decir "te quiero", hay que demostrarlo. No basta con decir "gracias", es necesario demostrarlo.</div>
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¿Y cómo se vive el agradecimiento? Pues... pienso que es algo que tiene mucho que ver con el amor. Cuando uno se siente agradecido por algo, lo demuestra amando. Es algo que, normalmente uno ni siquiera se plantea, porque sale del corazón. Cuando uno vive agradecido, se nota. Y también se nota lo contrario. Hay personas a las que se les llena la boca de agradecimiento, pero su actitud demuestra lo contrario. Suelen ser los mismos que hablan mucho de amor, dicen mucho "te quiero", pero a la hora de la verdad viven de puertas para adentro. Mucho te quiero, perrico, pero pan poquico, que dice el refranero.</div>
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Cuando uno está agradecido de verdad, cuando uno ama de verdad, lo demuestra con hechos, un día, y otro, y al siguiente. Alguien agradecido, alguien enamorado -creo que son palabras que están muy próximas- se desvive por el otro, está dispuesto a cualquier cosa por hacerle la vida más agradable, por hacerle feliz, por verle sonreír. Y no hacen falta heroicidades para demostrar el agradecimiento, para demostrar el amor. No hacen falta grandes acciones, ni volver el mundo del revés (aunque se pueda estar dispuesto a ello y a veces se haga). Se demuestra con el día a día, con pequeños gestos, con una sonrisa, con un detalle, con una visita por sorpresa, con una llamada inesperada, con un beso furtivo... Todo depende, evidentemente, del tipo de relación que tengamos con esa persona a la que agradecemos algo, y quizá también con ese algo por lo que estamos agradecidos. No es lo mismo estar agradecidos con los padres, por la vida recibida, por la educación, por los esfuerzos hechos para sacarnos adelante, que estar agradecido con un amigo que está ahí siempre que lo necesitamos. La forma de demostrar nuestro agradecimiento será diferente.</div>
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Uno puede también -y me atrevería a decir, debe- estar agradecido con la vida. Gracias a la vida, que me ha dado tanto, dice la canción. Y quizá llegados a este punto haya quien pueda decir, ah, no, yo no. A mí la vida me trata muy mal, yo no tengo nada que agradecer a la vida. Y puede ser que sí, que la vida a uno le trate mal, y que no vea motivos para estar agradecido con nada. Es cierto que hay vidas muy miserables, y yo sería el último en juzgar a nadie por no encontrar motivos de agradecimiento en la vida. Pero... ¿y si lo intentamos? A veces sólo hace falta mirar a nuestro alrededor para encontrar cientos, miles de motivos por los que estar agradecido. Un amanecer, una puesta de sol, una flor que nos sonríe al pasar a su lado, la risa de un niño, la lluvia de primavera, una palabra amable de un tendero, el trabajo de un barrendero que adecenta la ciudad, la dedicación de un mago infantil que hace sonreír a un niño enfermo... ¡Hay tantos y tantos motivos para estar agradecidos a la vida!</div>
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Hace tiempo leí por Internet acerca de un proyecto, que hoy os propongo a vosotros. Es todo un reto, que merece la pena hacer. Se trata de encontrar 365 cosas por las que estar agradecido, una por cada día del año. Y para hacerlo mejor, podemos coger un cuaderno e ir anotando día tras día eso por lo que estamos agradecidos. Cada día una cosa. Se puede escribir un pequeño texto, e incluso, como proponía el proyecto del que os hablo, acompañarlo de una fotografía. Este pequeño ejercicio nos ayudará a reparar en cosas a las que normalmente no prestamos mucha atención, y que, sin embargo, son motivo de agradecimiento. Y como la felicidad tiene mucho que ver con vivir agradecidos, seguro que después de un año dedicados a este proyecto, a encontrar cada día un motivo para dar gracias, seremos al menos un poquito más felices. ¿Te atreves? ¡No lo dejes para mañana! </div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11891544161502923006noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-11029715.post-14761407757267627842015-07-27T17:01:00.001+02:002015-07-27T17:01:15.169+02:00VOLVER A AMAR<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-ZPIlE8hR_pI/VbZFixbg9EI/AAAAAAAAA9E/Axmz0n1ncnw/s1600/Bastille.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="172" src="http://2.bp.blogspot.com/-ZPIlE8hR_pI/VbZFixbg9EI/AAAAAAAAA9E/Axmz0n1ncnw/s320/Bastille.jpg" width="320" /></a></div>
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Mi artículo de hoy podría no tener palabras. No al menos las mías. Bastaría con el vídeo que añadiré a continuación, un cortometraje que, en poco más de cinco minutos, dice muchísimo más de lo que yo pueda decir en líneas y líneas escritas.</div>
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El corto se llama "Bastille", es de la directora española Isabel Coixet, y pertenece a una película llamada "Paris je t'aime", que es una selección de 18 cortometrajes rodados por diferentes directores en diferentes barrios de París, y todos hablan, de diferentes maneras y desde diferentes puntos de vista, del amor.</div>
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Como no quiero adelantar nada de lo que en el vídeo ocurre, os dejo con él, y a continuación termino con algún comentario propio.</div>
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<iframe width="320" height="266" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/FLERYizxdn8/0.jpg" src="https://www.youtube.com/embed/FLERYizxdn8?feature=player_embedded" frameborder="0" allowfullscreen></iframe></div>
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De tanto comportarse como un hombre enamorado, se volvió a enamorar. Esa frase es para mí el resumen perfecto del excelente corto de Coixet. Leo en los comentarios del vídeo en Youtube a personas que dicen que el vídeo no les ha gustado, porque piensan que para que te vuelvan a querer hay que enfermar. Pero no creo que ese sea el mensaje del corto. No creo, ni mucho menos, que ese fuera el mensaje que quería transmitir la directora cuando lo rodó. Evidentemente, no sabemos lo que ella tenía en la cabeza. Pero lo que a mí me dice es que, independientemente de que en este caso el detonante sea una enfermedad, siempre es posible volver a enamorarse. Y, sobre todo, siempre es posible volver a amar, porque amar, entre otras muchas cosas, no deja de ser un acto de la voluntad. </div>
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Yo decido amarte en todas las circunstancias, sean estas buenas o malas, vengan días mejores o peores, estés más joven o más vieja, estés más guapa o menos guapa. </div>
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Dicen que el amor se acaba... y puede ser. El amor se acaba si no se alimenta, si no se cuida, si no se riega a diario. El amor se acaba si uno no está decidido a tomárselo en serio, si uno no está decidido a hacer frente a las dificultades y a los momentos de aridez. El amor se acaba si, cuando vienen mal dadas, uno mira para otro lado en busca de una salida en lugar de mirar hacia dentro buscando la solución hasta encontrarla. Puede que el amor se acabe, pero pienso que tenemos las herramientas necesarias para evitar que se acabe. Siempre, claro está, que ese amor se haya edificado sobre cimientos sólidos. Hoy día, en esta cultura nuestra del bienestar y de lo fácil, de lo simple y del "<i>aquítepilloaquítemato</i>", es más fácil prescindir del amor cuando se acaba que ponerse el traje de faena para arreglarlo. Es más fácil buscarse otra, otro, que luchar por seguir adelante.</div>
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El mensaje del corto, para mí, está claro, y no hace falta que aparezca una enfermedad para ponerlo en práctica. Se trata, simplemente, de amar. Incluso en los momentos de aridez. Es más, precisamente es en esos momentos cuando de verdad se demuestra el amor. Cuando hay mariposas en el estómago, cuando todo va como la seda, es muy fácil. </div>
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Termino con un pequeño cuento que vi hace poco por Internet, con un mensaje muy parecido.</div>
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<i>"Un hombre fue a visitar a un sabio consejero, y le dijo que ya no quería a su esposa y que iba a separarse. El sabio lo escuchó, lo miró a los ojos y solamente dijo una palabra: -ámala-. Luego se calló.</i></div>
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<i>Pero es que ya no siento nada por ella -replicó el hombre.</i></div>
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<i>Ámala -reiteró el sabio.</i></div>
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<i>Y ante el desconcierto del visitante, después de un oportuno silencio, el viejo sabio agregó lo siguiente:</i></div>
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<i>Amar es una decisión, no un sentimiento. Amar es dedicación y entrega. Amar es un verbo, y el fruto de esa acción es el amor.</i></div>
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<i>El amor es un ejercicio de jardinería: arranca lo que te hace daño, prepara el terreno, siembra, sé paciente, riega, procura y cuida. Está preparado, porque habrá plagas, sequías o excesos de lluvias. Pero no por eso abandones tu jardín. </i></div>
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<i>Ama a tu pareja, es decir, acéptala, valórala, dale tu amor... y serás feliz."</i></div>
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Tras la tormenta del enamoramiento, eso que Ortega llamaba "<i>estado de imbecilidad transitoria</i>", llega la calma. Y ahí es donde empieza lo bueno. ¿Te atreves?</div>
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P.S.: para ello<a href="http://alejandrorubiosanchez.blogspot.com.es/2015/03/sal-con-un-valiente.html" target="_blank"> hay que ser todo un valiente</a>.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11891544161502923006noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-11029715.post-79036909513826970662015-07-24T11:35:00.000+02:002015-07-24T11:56:23.854+02:00VIVE AMANDO<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<a href="http://3.bp.blogspot.com/-a9IiJcyqiSE/VbIGlR4HslI/AAAAAAAAA8w/3JmNlu4CiN8/s1600/confianza2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="232" src="http://3.bp.blogspot.com/-a9IiJcyqiSE/VbIGlR4HslI/AAAAAAAAA8w/3JmNlu4CiN8/s320/confianza2.jpg" width="320" /></a></div>
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Me escribe un lector, a raíz de mi último artículo, <a href="http://alejandrorubiosanchez.blogspot.com.es/2015/07/hagamos-que-las-cosas-sucedan.html" target="_blank">"Haz que las cosas sucedan"</a>, para plantearme una cuestión. Me pregunta, literalmente, "<i>¿qué haces cuando te la pegas contra un muro? ¿Cuando apuestas por un amigo y te sale rana? ¿Cómo cerrar esas heridas? ¿Cómo recuperarte para no blindarte ante el resto? ¿Cómo creer otra vez en la amistad?</i>" El artículo del que hablamos versaba sobre lo profesional, pero, como ya dije, todo lo que escribí es perfectamente extrapolable a las relaciones humanas. </div>
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En primer lugar, quiero agradecer a Jorge, por su confianza a la hora de plantearme esas cuestiones. Y agradecerle también su contribución a este blog, que, como decía en mi último artículo, pretendo que sea de todos. </div>
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Por otro lado, como ya le decía a Jorge en privado... ¡qué difícil es responder a esas preguntas! Preguntas que, seguro, todos nos hemos hecho alguna vez. Y es que la vida no viene con libro de instrucciones. Además, nadie dijo que fuera fácil vivir. Pero hay que hacerlo, y vivir la vida con las cartas que nos ha tocado jugar.</div>
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Pienso que la única manera de no blindarse ante los demás, la única forma de volver a confiar cuando alguien ha roto tu confianza, es... confiando. Suena extraño, suena a que estoy escurriendo el bulto, a que no quiero responder a preguntas tan comprometedoras. Pero, realmente, es la única forma posible que se me ocurre. A andar se aprende andando, a montar en bici se aprende montando, a amar se aprende amando, y a confiar se aprende confiando. Al fin y al cabo, la vida hay que vivirla en gerundio, no existe otra manera.</div>
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Pero vamos a intentar desenredar un poco más la madeja. Si alguien traiciona tu confianza, lo primero que debes hacer es perdonar. Puede resultar, especialmente en algunas ocasiones, tarea realmente ardua. Pero es el único camino. Lo cual no quiere decir que tengas que continuar la relación con esa persona. En ocasiones será posible, y en otras no. Si es posible, perfecto. Y si no lo es... si no lo es, despídete de esa persona, pero no sin antes perdonarla. El perdón libera al ofensor de su culpa, pero sobre todo libera al ofendido de la ofensa recibida. No cargues con algo que no es tuyo. No cargues con un fardo tan pesado, que, seguro, te va a impedir caminar ligero por la vida. Suéltalo, despréndete de él, y sigue adelante.</div>
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Decía más arriba que la única manera de seguir confiando es confiar. Y es que las personas que confían generan confianza. Puede que te encuentres por el camino con gente que traicione esa confianza, con gente que te haga daño, con gente que te rompa el corazón. Pero si, a pesar de eso, confías en las personas, serán muchísimas más las que te ofrecerán lo mejor de sí mismas, serán muchas más las personas que nunca traicionarán tu confianza, serán muchas más las personas en las que podrás confiar plenamente. Por tanto, si te traicionan, si te rompen el corazón, coge los pedacitos, pégalos, levántate y sigue caminando, sigue amando, sigue ofreciendo tu amor. Con esto no digo que haya que ir por la vida ofreciendo el corazón al mejor postor, no es eso. Pero tampoco lo encierres dentro de una coraza impenetrable porque una vez, o mil, te hicieron daño. Hay muchas personas ahí fuera que se merecen tu amor... y tú, sin duda, te mereces el amor de todas esas personas.</div>
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Le contaba a Jorge, y os lo cuento a vosotros, por si os sirve de algo, mi propia experiencia de vida. Yo de pequeño era un niño muy tímido, y eso fue aprovechado por muchos otros niños para hacerme daño. Se metían conmigo, me hacían la vida imposible. Yo sufría mucho, no entendía por qué yo no podía ser aceptado como los demás. Y aquello hacía que me fuera encerrando en mí mismo, hacía que me fuera creando una coraza para protegerme de los demás. Por culpa de aquellas experiencias aprendí que la gente era mala y había que protegerse de ella. Aprendí a esconderme, a no exponerme, a vivir en mi propio mundo. Yo no podía confiar en los demás (excepto en mi familia y otras pocas personas muy próximas), para mí la gente era sinónimo de dolor. Y así fui creciendo, y así fueron pasando los años. Pero claro, yo no era feliz. Hasta que un día, no muy lejano, por cierto, me decidí a romper el cascarón. No fue nada fácil, y aún hoy a veces me cuesta. Pero en cuanto decidí abrirme al mundo, empecé a recibir lo que yo daba multiplicado por infinito. Empecé a recibir amor incondicional, empecé a sentirme querido por personas muy diferentes a mí simplemente por ser quien yo soy. La satisfacción era -es- tan grande, que compensa con creces todo el dolor que pude sufrir a lo largo de mi vida. Hoy sé que quizá aparezcan personas que traicionen mi confianza; sé que tendré que sufrir, que me romperán de nuevo el corazón. Pero sé también que ser feliz en esta vida pasa por eso, por aceptar que ese dolor forma parte de ella, y que esconder el corazón tras una coraza no es, al menos para mí, una opción. No existe la vida sin dolor. Lo importante es lo que tú decidas hacer con ese dolor. </div>
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Decía Tagore, "confía siempre en el amor, aunque a veces te traiga tristeza". Y así debe ser. Vive tu vida amando, amando con mayúsculas. Vive también arriesgando. Podrás perder a veces, pero ganarás mucho más. Es la única forma de vivir la vida en plenitud. Si lo haces así, las heridas restañarán pronto, y tu corazón estará siempre en plena forma para dar lo mejor de sí, para dar lo mejor de ti. Entrégate, y verás cómo recibes muchísimo más de lo que das. Merece la pena.<br />
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Me despido agradeciendo de nuevo vuestros comentarios, ya sean públicos o privados. Me ayudan a crecer, a alimentar este blog, a entender mejor la vida, que, al fin y al cabo, es sobre lo que escribo. Gracias.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11891544161502923006noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-11029715.post-33979721428538268192015-07-20T12:02:00.000+02:002015-07-21T08:36:02.200+02:00HAZ QUE LAS COSAS SUCEDAN<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-6lpwI30LtZs/VauM3uMF56I/AAAAAAAAA8E/-8-i674gEsY/s1600/no-te-rindas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="http://4.bp.blogspot.com/-6lpwI30LtZs/VauM3uMF56I/AAAAAAAAA8E/-8-i674gEsY/s320/no-te-rindas.jpg" width="320" /></a></div>
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Mi artículo de hoy no tiene una estructura definida.
Simplemente quiero hablar… de ponerle pasión a la vida. Pienso que es algo que escasea, y que a cambio abunda la mediocridad, el aburrimiento, las vidas planas y grises. Yo mismo caigo en ello a menudo. Y porque no quiero que me pase más, porque quiero vivir una vida plena y auténtica, reflexiono sobre ello y escribo al tiempo, sin orden, sin estructura, simplemente escribo. Por cierto, te doy permiso, a ti que me lees, a sacudirme, a zarandearme, si me ves caer de nuevo en el hoyo del pesimismo, en la sima de la mediocridad, en el pozo del abandono.</div>
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Todos los días escuchamos a personas que esconden la palabra conformismo detrás de la palabra realismo. Personas que tenían un sueño, y que acaban rindiéndose a lo que ellos llaman la realidad. Personas que anhelaban grandes metas, y acaban conformándose con un sueldo a final de mes y un horario estructurado. ¿Te pasa a ti? ¿Amas algo, alguna actividad, y no te dedicas a ello? Si es así, no le llames realismo. Deja de engañarte, y llámalo por su nombre: conformismo.</div>
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Si tienes un sueño, si hay algo que amas, lucha por ello, dedícale horas, esfuérzate, sacrifícate, pon todo tu empeño, toda tu ilusión, toda tu pasión, en sacarlo adelante. En este país ya hay demasiados funcionarios, ya hay demasiadas personas con trabajos fijos, ya hay muchas, demasiadas, personas que no viven enamoradas de lo que hacen. Demasiadas personas que no arriesgan, demasiadas personas que se han conformado, porque luchar por alcanzar su sueño requería demasiados esfuerzos. ¡Vamos a salir, tú yo yo, de ese círculo triste y gris! Vamos a ponerle un poco de gracia a la vida, un poco de pasión, un poco de locura. Sí, locura, ¿por qué no? Pienso que es la única forma de alcanzar la felicidad.</div>
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Algunos me diréis, "ya, pero yo necesito dinero para vivir, y esa actividad que tanto me gusta no me da dinero". Pues entonces, búscate un trabajo que te proporcione ese dinero... pero no abandones esa actividad que amas. En cuanto salgas del trabajo, dedícate a ella, échale horas, pon en ella toda tu pasión. Si te gusta escribir, escribe. Y si para ganar tu sustento escribir no es suficiente, busca ese dinero en otro lado, pero no dejes de escribir. ¡No te conformes! Antes o después acabarás viviendo de lo que escribes. Pero sólo lo conseguirás si pones en ello todo tu empeño, aunque cueste, aunque requiera sacrificios, aunque tengas que dormir menos. Vive enamorado de lo que haces, y acabarás ganándote la vida con ello. Y de la misma forma que hablo de escribir, hablo de otras actividades. Si te gusta la fotografía haz miles de fotos, si te gusta cocinar métete en la cocina y no salgas hasta alcanzar la excelencia, si te gusta cantar canta, si te gusta viajar estudia para ser guía y recorre el mundo de punta a punta. Pero, por favor, no te conformes.</div>
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Han salido, en lo que llevo de artículo, varias palabras a menudo consideradas tabúes. Otras no han salido, pero sobrevuelan el contexto. Sacrificio, esfuerzo, renuncia, entrega, dedicación... Pero, ¡ay!, vivimos en la cultura de lo fácil, del usar y tirar, de lo inmediato. En la cultura del pelotazo. La sociedad nos enseña a dejar de lado todo lo que requiere esfuerzo y dedicación. Si es difícil mejor no intentarlo, no vaya a ser que perdamos nuestro valioso tiempo con ello (mejor dedicar ese tiempo tan preciado a estar tirado en el sofá, frente al televisor, con el cerebro en modo off, viendo todo tipo de programas basura en los que unos y otros se tiran los trastos a la cabeza). Y tampoco merece la pena algo que requiera tiempo. Tiene que ser aquí y ahora, y si no, no me vale. Hemos borrado la palabra paciencia de nuestros diccionarios. Aprenda inglés en tres semanas; compre este alimento listo para comer en 3 minutos; utilice este método y la rubia del bar caerá en sus brazos en menos de lo que canta un gallo; con nuestro método de entrenamiento lucirá usted los músculos de Arnold Schwarzenegger en menos de un mes; adelgace rápidamente y sin esfuerzo con nuestras píldoras milagrosas... Y así podría extenderme hasta el infinito poniendo un ejemplo tras otro. Todo lo queremos rápido y sin esfuerzo. Y en cuanto deja de servirnos, lo tiramos y a otra cosa (ocurre también, por desgracia, con las relaciones humanas, especialmente las de pareja).</div>
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Vivimos también la cultura del aparentar, del vivir para satisfacer las expectativas que otros han puesto sobre nosotros, sin pararnos a pensar si eso es lo que realmente queremos para nosotros. Y, una vez más, utilizamos la palabra mágica para justificarlo: realismo. Realismo para escondernos dentro de nuestro caparazón, realismo para no salir de nuestra zona de confort, realismo para no arriesgarnos a sufrir, realismo porque no soportamos el dolor, porque no soportamos el esfuerzo, porque no soportamos la idea de poder fracasar. Pero el verdadero fracaso está en ocultar, como decía al principio, la palabra conformismo detrás de la palabra realismo. El verdadero fracaso está en no intentarlo, está en no arriesgar, está en no empezar a andar por miedo a caer. Si te caes, levántate, una y mil veces, pide ayuda, inténtalo de nuevo, una vez, y otra, hasta que lo consigas. Pero no te rindas. Y, sobre todo, no te rindas cuando ni siquiera lo has intentado.</div>
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Pon pasión a tu vida, deja de vivir la vida que los demás quieren para ti y vive la tuya, pero vívela con mayúsculas. Ríete hasta que te duela, enamórate, siente el placer de empaparte caminando bajo la lluvia, haz un viaje en coche, de muchos kilómetros, sin planificar nada, toma de la mano a alguien que quieres, di muchas veces te quiero, también a tus amigos, contempla muchos amaneceres, haz un regalo sin motivo, simplemente porque sí... ¡Vive! No te dejes seducir por la cultura de lo fácil, de lo inmediato, de lo mediocre. Saca la grandeza que llevas dentro, permítete brillar. Tú te lo mereces, y los que viven contigo se merecen tu brillo. Y recuerda que hay un tiempo para dejar que las cosas sucedan, pero hay otro para hacer que las cosas sucedan. Este es tu tiempo. ¡Haz que las cosas sucedan! Vive la vida, y no dejes que pase sin más.</div>
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Todo esto que escribo es también aplicable a las relaciones humanas. Pero para no alargarme más, hablaré de ello en otro artículo. Acabo este con un fragmento de un poema de Benedetti. Espero que te sirva para ponerte en marcha. Y, antes de despedirme, te pido tus comentarios. Con ellos este blog irá creciendo, y, poco a poco, conseguiremos que no sólo sea mío, sino también tuyo. ¿Me ayudas a crecer? ¡Gracias!</div>
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No te rindas</div>
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que la vida es eso,</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
continuar el viaje,</div>
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perseguir tus sueños,</div>
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destrabar el tiempo,</div>
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correr los escombros</div>
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y destapar el cielo.</div>
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<i>Mario benedetti.</i></div>
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¡Vamos juntos a destapar el cielo!<br />
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P.S.: Recomiendo de nuevo mi artículo <a href="http://alejandrorubiosanchez.blogspot.com.es/2015/03/sal-con-un-valiente.html" target="_blank">"Sal con un valiente"</a>. Al fin y al cabo, el valiente del que hablo lucha por esta grandeza de vida.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11891544161502923006noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-11029715.post-63445925807990741352015-07-16T12:00:00.001+02:002015-07-16T12:00:05.838+02:00ÉCHAME UN POLVO. SIN COMPROMISO.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://1.bp.blogspot.com/-Ja2qfcYBlCw/Vad_BocdZ-I/AAAAAAAAA7w/1GNaCGwSako/s1600/sexo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="180" src="http://1.bp.blogspot.com/-Ja2qfcYBlCw/Vad_BocdZ-I/AAAAAAAAA7w/1GNaCGwSako/s320/sexo.jpg" width="320" /></a></div>
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El otro día compartía cervezas y tintos de verano con unos amigos, matando el calor en una terraza de Madrid y disfrutando de otro calor diferente, el de la amistad. Los temas de conversación iban y venían, y entonces apareció uno que a menudo aparece, el sexo. Un tema apasionante, se mire como se mire. Y un tema polémico, según qué postura defiendas. Y aquella tarde había dos posturas definidas (no me refiero a ese tipo de posturas, no), la de los que defendían el sexo sin amor como una opción más, y la de los que, respetando esa opción, no la veíamos como algo viable. No al menos como algo que pudiera llenar nuestras vidas. Pero la discusión tenía más matices, que trataré de relatar a continuación, al tiempo que defino cuál es mi postura en este tema. </div>
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No sé cómo empezó todo, pero imagino que alguien, en algún momento de la conversación, defendió el derecho de las mujeres a disfrutar del sexo sin ningún tipo de compromiso, como han podido hacer siempre los hombres. Hablaba, para defender dicha postura, de la igualdad entre hombre y mujer. Estaba en el aire, no sé si de manera implícita o explícita, la idea de que, en un pasado -no tan lejano, por cierto-, la mujer estaba reprimida sexualmente, y que la liberación sexual permitió que pudiera disfrutar de los mismos derechos que el hombre en dicha materia. Fue entonces cuando alguien, mujer para más señas, dijo que no estaba de acuerdo, que los hombres y las mujeres no son iguales. Igualdad de derechos sí, pero igualdad de sexos no, en el sentido de que somos diferentes, de que la sexualidad de la mujer y del hombre no es igual, y que un hombre bien puede irse a la cama con una mujer y follársela sin más -perdón si a alguien le molesta la expresión, pero creo que a veces se hace necesario expresarse sin pelos en la lengua para que todo se entienda mejor-, pero que una mujer no, una mujer necesita que ese sexo vaya ligado a una relación afectiva, necesita, por así decirlo, algo más. Yo me adherí a esta segunda postura. Y lo hice, simple y llanamente, porque creo que es así. Pero no sólo me adherí a esa postura, sino que dejé claro que yo no me meto en el saco de los hombres que pueden irse a la cama con una mujer y "si te he visto no me acuerdo". Yo también necesito que la sexualidad vaya ligada a la afectividad. Trataré a continuación, intentando no enrollarme demasiado, de explicar mi postura.</div>
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Efectivamente, considero que los hombres y las mujeres no somos iguales. Si hablamos de la sexualidad, el hombre es más básico, más primario, mientras que la sexualidad de la mujer es más compleja, por así decirlo. La mujer tiene unos ritmos más lentos, más pausados, necesita más tiempo para llegar al clímax. Pero no sólo eso. La mujer, en general -puede haber excepciones, no lo niego- necesita que esa sexualidad vaya ligada a una relación afectiva. Y si no es así, como decía mi amiga, se siente vacía, quizá hasta utilizada. El hombre, en cambio, como norma general -también hay excepciones, y yo me considero una de ellas- puede separar más fácilmente sexo de amor. De hecho, a menudo la mujer ni siquiera necesita sexo, lo que necesita es cariño, contacto físico pero sin llegar al coito, caricias, abrazos, sentirse querida, amada, valorada. Y cuando siente que el hombre va a lo que va, se siente vacía, incompleta, incomprendida.</div>
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Personalmente, no concibo el sexo sin amor. Y no es una cuestión ética ni moral. Es, más bien, una cuestión de sensibilidad. Para mí, el sexo sin amor, que es posible, eso no lo niego, no es una opción. Y no lo es porque me haría sentir vacío, me haría sentir solo, me sentiría... frustrado. Dicen por ahí que desde que el sexo se hizo fácil de conseguir, el amor se hizo más difícil de encontrar. Y pienso que es cierto. Para mí el sexo es la culminación del amor, es la entrega total entre dos cuerpos y dos almas, es la fusión absoluta entre dos seres que se aman. Y cuando se convierte en un mero intercambio de fluidos, entonces deja un poso amargo, deja un vacío, deja frustración y soledad. Hablo por mí, y respeto a todos aquellos que piensen diferente, a todos aquellos que conciban el sexo sin amor, que consideren que separar el sexo de la afectividad es una opción. Lo respeto, pero no entra dentro de mis esquemas.</div>
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El tema tiene muchos más matices, se puede extender a otros campos, y de hecho la discusión de aquella tarde lo hizo. Se habló de los errores de la liberación sexual, se habló de la "necesidad" de la mujer de masculinizarse para salir adelante en el mundo de la empresa (por desgracia concebido para que sean los hombres los que lo dominen), se habló de diversos temas, todos relacionados con esa, para mí, falsa igualdad entre hombre y mujer (igualdad de derechos sí, pero no igualdad de sexos, somos diferentes). Pero son temas que obviaré en mi artículo de hoy, para no alargarme demasiado.</div>
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Para mí, como decía anteriormente, la sexualidad, para ser plena, debe ir ligada a la afectividad. Pienso que es el culmen, y que para llegar a ello hay que dar antes otros pasos. Hay que conocerse, hay que entenderse, hay que comprenderse, hay que estar dispuestos a vivir una vida juntos haciendo frente a todos sus avatares, hay que, en definitiva, amarse. Y amarse, a ser posible, con mayúsculas. Lo cual requiere entrega, requiere sacrificio, requiere renuncia, requiere dosis importantes de valentía. Y enlazando con ello, con la valentía, y ya para despedirme, invito a mis lectores a leer un artículo que publiqué en este mismo blog, hace unos meses, llamado "<i><a href="http://alejandrorubiosanchez.blogspot.com.es/2015/03/sal-con-un-valiente.html" target="_blank">Sal con un valiente</a></i>". En él explico cuál es mi idea de amor. Aprovecho para matizar algo que no dije en aquel artículo. Para mí, lo de salir con un valiente, no es una opción. Quiero decir, no es, sal con un valiente si puedes, y si no confórmate con lo que encuentres. No, para mí es, sal con un valiente, sí o sí. Y si no lo encuentras, mejor quédate solo. Y si quieres saber cómo encontrar a un valiente (hombre o mujer), haz la siguiente reflexión: los valientes son personas capaces de renunciar, porque detrás de alguien que renuncia hay alguien que elige; y detrás de alguien que elige, hay alguien que arriesga; y detrás de alguien que arriesga hay una persona enamorada. El sexo sin compromiso no requiere de estar enamorado, no implica riesgo ninguno -salvo el de la transmisión de enfermedades, o el de quedarse embarazada, pero yo hablo, y creo que se me entiende, de otro tipo de riesgo-, y, para mí, no es una opción.</div>
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Gracias por leerme. Quede claro que no intento imponer ninguna postura, sino, simplemente, dejar clara la mía. No seré yo, ni muchísimo menos, quien juzgue a quien piense, y actúe, de manera diferente. Eso sí, por favor, si te vas a ir a la cama con un tío, con una tía, simplemente para pasar un rato... asegúrate de que no le vas a hacer daño. Asegúrate de que no te vas a hacer daño. Gracias.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11891544161502923006noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-11029715.post-29092171244105744922015-07-13T11:50:00.002+02:002015-07-13T12:11:36.763+02:00EL PODER DE UNA MIRADA<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-B3lrBg4HnoU/VaOJ9JUoooI/AAAAAAAAA7U/wLwOhxBioEk/s1600/1257375406594_f.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="241" src="http://4.bp.blogspot.com/-B3lrBg4HnoU/VaOJ9JUoooI/AAAAAAAAA7U/wLwOhxBioEk/s320/1257375406594_f.jpg" width="320" /></a></div>
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Dónde estoy, y qué me está pasando. Algunos, o muchos, de los que leáis este artículo no entenderéis esa frase con la que he comenzado, ni algunas de las cosas que escriba a continuación. Y es que hoy, de forma excepcional, escribo para un grupo de personas en particular. Para un grupo de personas muy especiales con las que, desde febrero, estoy compartiendo cosas muy grandes. No obstante, y aunque el artículo de hoy vaya especialmente dirigido a ellos, quiero hacerlo público, pues entiendo que las cosas que salen del corazón llegan al corazón, aun cuando no se entiendan del todo. Y lo que yo voy a hacer a continuación va a ser dejar hablar a mi corazón.</div>
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Este fin de semana ha sido muy especial para mí. Lo están siendo todos los fines de semana que tenemos clase, desde que empezamos allá por el mes de febrero. Y a medida que el curso avanza, mi amor y mi agradecimiento crecen de forma exponencial. Ya compartí esto con vosotros el mes pasado, en ese espacio tan bonito de "dónde estoy y qué me está pasando". Y hoy, como os decía en mi mensaje de buenos días a través del whatsapp, echo de menos ese espacio para compartir de nuevo mis sentimientos, mis vivencias del fin de semana. Por eso estoy aquí, escribiendo sin saber muy bien lo que escribo, dejando, como decía en la introducción, hablar a mi corazón. </div>
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Quiero hablar sobre todo del domingo, de ese momento mágico en el que compartimos miradas, en el que dejamos que nuestras almas se comunicaran sin palabras. Al recordarlo, lo vuelvo a vivir, y de nuevo las lágrimas bañan mis ojos. Me resulta muy difícil, casi imposible, describir lo que ayer viví. Nunca había experimentado nada parecido. El poder de una mirada, es el título de mi artículo. Y es que es un poder tan grande, tan mágico... Esas miradas vuestras me decían tanto... Al principio yo me limitaba a recibir cada mirada al tiempo que regalaba la mía. Y sonreía. Y con ese intercambio de miradas notaba que de lo más profundo de mi ser salía algo que yo no dirigía, salía amor puro, salía comprensión, salía acogimiento, salía mi alma entera que se entregaba al alma que tenía enfrente. Y de vuelta recibía más, mucho más, de lo que yo sentía que daba. Poco a poco, mi sonrisa se fue transformando, se fue volviendo más pura... y se fue bañando en lágrimas. Lágrimas de alegría, lágrimas de amor, lágrimas de gratitud. Con todos y cada uno de vosotros sentía algo especial, pero lo más mágico de todo era que con cada uno sentía algo diferente. Cada uno me dabais vuestra esencia, y yo sentía con claridad esa esencia diferente de cada uno. De todos recibía amor, pero el amor que recibía a través de cada mirada era diferente según cada persona. Como decía antes, las almas se comunicaban solas, sin que yo tuviera que hacer otra cosa que ofrecer mi mirada, y, a través de ella, exponer y regalar mi ser interior. Llegué a sentir una comunicación muy profunda incluso con aquellos de vosotros con los que casi no había intercambiado palabras en estos meses. Y sentí que eso era real, era sincero, era auténtico. Y esto me dice que cuando las almas se comunican desde su profundidad, desaparece el ego, desaparecen las diferencias, desaparecen los odios que pueda haber (no es el caso entre nosotros), desaparece la timidez, desaparece la mentira, desaparecen los personajes, desaparecen las máscaras, desaparece todo aquello que, fuera del alma, muchas veces impide o dificulta la comunicación.</div>
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Todos estos sentimientos que ayer viví -y otros que no puedo comunicar con palabras- me abren más al mundo exterior, me hacen reflexionar sobre la necesidad que tenemos de comunicarnos de forma sincera, de abrir nuestros corazones al otro, al diferente, incluso al que nos cae mal. Esos sentimientos que viví me hablan de romper barreras, de derribar muros, de amar sin condiciones, me hablan de entrega, de generosidad, de Amor con mayúsculas.</div>
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El fin de semana me ha servido para conoceros mejor a muchos de vosotros. Y para incrementar en mí el deseo de conoceros aún más, de integraros en mi vida, de haceros parte de mis sueños, de mis anhelos, de mis ilusiones. Una parte también importante para mí, aunque parezca más terrenal -si se me permite usar esa expresión-, han sido esas horas de cañas y tintos de verano en la terraza de Paquito. Y es importante porque ahí también se intercambian muchas cosas sinceras y profundas. En medio de tanta risa y tanta broma, incluso de alguna que otra discusión, se establecen lazos que empiezan a ser de amistad, lazos que, si nos preocupamos de cuidar y alimentar, probablemente acabarán siendo indestructibles. Quizá alguno de los que me leáis podáis pensar que esto es pura ingenuidad, que el curso terminará y cada uno seguirá su camino, que todo esto quedará en un bonito recuerdo, incluso en algo que nos habrá enseñado muchas cosas y que nos permitirá vivir la vida con mayor plenitud, pero que los lazos creados se diluirán con la vida y poco a poco nos iremos olvidando unos de otros. Es algo que me ha pasado muy a menudo en la vida, y seguro que a vosotros también. Y porque me ha pasado, y me ha entristecido -me entristece aún más cuando comparto esa tristeza con personas que no la comprenden, y me dicen que "así es la vida"-, me niego a que me vuelva a pasar, me niego a que me pase con vosotros, me niego a que la vida "sea así", porque al fin y al cabo, el cómo sea la vida depende en gran parte de nosotros. Lo que estamos viviendo en este curso es demasiado grande como para dejarlo pasar. Y, por mi parte, haré lo posible porque esos lazos creados no se destruyan, sino que se sigan fortaleciendo con el tiempo. Os confieso que sueño con llevarme de este curso, a parte de otras muchas cosas, grandes amistades. Por eso os pido -y es algo que siempre me ha costado, pedir- que no dejéis vosotros tampoco que esto pase. No dejéis que el tiempo se lleve lo que estamos construyendo. Pongamos entre todos cimientos sólidos, para que perdure.</div>
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Ha salido antes una palabra muy importante para mí, la palabra amistad. Una palabra con la que no me gusta frivolizar. No voy a extenderme, pues es de algo de lo que me gustaría hablar en otro artículo, pero sí quiero esbozar algunas notas en torno a esa palabra. Como digo, no me gusta frivolizar con ella. Y es que muchas veces llamamos amistad a lo que no lo es, llamamos amistad a relaciones que, en realidad, son un tanto superficiales. Con algunos de vosotros empiezo a sentir que la relación que nos une no es en absoluto superficial. Y con otros, a los que aún no os conozco bien pero os voy conociendo, siento el deseo profundo de conoceros mejor. Y deseo que unos y otros acabéis formando parte de mi vida y os pueda llamar amigos, pase el tiempo que pase. El ejercicio de las miradas me transmitió muchas cosas de vosotros, mucha conexión, mucho amor, como decía más arriba. Ojalá en los meses que nos quedan esa conexión se vaya materializando en amistades sólidas, amistades para toda la vida. </div>
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<br /></div>
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No quiero cerrar este artículo sin antes deciros que os veo, que os quiero, que me estáis dando muchísimo más de lo que os podáis imaginar, y que me tenéis a vuestra disposición para lo que podáis necesitar. No son palabras hueras, vacías, sin contenido. Son palabras que salen del corazón -al fin y al cabo dije al principio que iba a dejar hablar a mi corazón, y es lo que estoy haciendo-, son palabras sinceras, palabras llenas de amor y de gratitud. No tengo nada material que ofrecer, pero sí tengo para vosotros mi tiempo, mi compañía, mi capacidad de acogimiento, mi escucha, mi entrega, tengo para todos vosotros mi amor, tengo para todos vosotros todo lo que soy. Y os lo ofrezco de todo corazón. Sinceramente, disponed de mí, con total confianza para todo lo que me necesitéis. OS VEO, OS QUIERO. MUCHO. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS Y UN MILLÓN DE VECES GRACIAS.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11891544161502923006noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-11029715.post-65636954778567072512015-05-17T20:00:00.001+02:002015-05-17T20:02:03.857+02:00WHERE I'M FROM<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-_t0oLLlyF4A/VVjXMyY5R6I/AAAAAAAAA6Q/sg5pShFuovc/s1600/raices.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://4.bp.blogspot.com/-_t0oLLlyF4A/VVjXMyY5R6I/AAAAAAAAA6Q/sg5pShFuovc/s1600/raices.jpg" /></a></div>
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Llevo varias semanas alejado de este espacio, y es que, por circunstancias personales, no estoy teniendo demasiado tiempo para escribir. Pero sepan mis lectores que estoy aprovechando para tomar fuerzas y aparecer por aquí con mucha más frecuencia. </div>
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De momento, hoy quiero compartir, con quien tenga ganas de leerme, algo que escribí este fin de semana en mi curso de coaching. No sé si en algún momento lo he mencionado, pero desde febrero estoy embarcado en la aventura de formarme como coach. Una aventura apasionante, de la que estoy disfrutando sin medida, y que espero dé a mi vida un giro importante. </div>
<div style="text-align: justify;">
Y sin más preámbulos, os dejo con esto que escribí en clase. Se trata de un poema que habla de dónde vengo. Poema totalmente libre, sin ninguna pretensión artística. Escrito desde el corazón, simplemente. Ahí os lo dejo.</div>
<br />
Yo soy de cenas en la cocina,<br />
cenas de juegos, risas y bromas, llantos algunas veces.<br />
<br />
Yo soy de una casa y un jardín al pie de la sierra del Guadarrama,<br />
y de sus tormentas a la luz de las velas.<br />
Soy de tardes enteras subido a una bicicleta,<br />
soy de un magnolio y de un castaño, soy del queso de la tierra.<br />
<br />
Yo soy de tardes de lectura<br />
tirado en el suelo de una habitación de la Avenida de América,<br />
soy de Los Cinco y de los Hollister, de Guillermo y de Tolkien<br />
y de tantos otros.<br />
<br />
Soy de John Wayne, de Tarzán y de la Mona Chita,<br />
soy de la amistad de unos perros<br />
que me daban lo que los amigos ausentes me quitaban.<br />
<br />
Soy también de D. Eulogio y de su "a lo hecho pecho",<br />
soy de D. Ramiro y las patillas, soy de un loco que me amamantó entre sus pechos.<br />
<br />
Yo soy del baloncesto, del atletismo<br />
y de los largos infinitos en la piscina;<br />
soy de una ermita en medio del campo<br />
y de las cuentas de un Rosario que al pasar<br />
me conectan con el misterio de lo eterno.<br />
<br />
Soy cientos de líneas escritas<br />
huyendo del tedio del estudio,<br />
y soy un montón de versos de amor en una playa,<br />
versos dando vida a los amores no correspondidos.<br />
<br />
Soy un alma libre, un alma solitaria,<br />
un alma de recuerdos y de amigos,<br />
de familia y de perros, de momentos y de puestas de sol.<br />
<br />
Un alma que guarda todo eso,<br />
amigos, recuerdos, padres, hermanos, abuelos, perros,<br />
en un lugar escondido de su corazón,<br />
en algún lugar recóndito y desconocido de su ser.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11891544161502923006noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-11029715.post-52831263980401648092015-04-28T14:17:00.000+02:002015-04-28T14:17:01.817+02:00¿SABES ESCUCHAR?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://1.bp.blogspot.com/-eJUyH4GK7x8/VT957B4eaPI/AAAAAAAAA5g/ANFjy6V8izw/s1600/escucha-activa4.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://1.bp.blogspot.com/-eJUyH4GK7x8/VT957B4eaPI/AAAAAAAAA5g/ANFjy6V8izw/s1600/escucha-activa4.jpg" height="239" width="320" /></a></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Qué importante es saber escuchar para lograr una buena comunicación. Una buena escucha es, probablemente, el mejor indicador de la calidad de una relación. Gran parte de los problemas de convivencia que surgen entre los seres humanos es por falta de escucha. Y es que muchas veces pensamos que escuchar es guardar turno para hablar. Estamos esperando a que nuestro interlocutor termine para contar lo que nosotros queremos contar. Y mientras el otro habla, estamos elaborando nuestro discurso internamente. Guardamos silencio, miramos con atención y asentimos de vez en cuando con la cabeza. ¿Es eso escuchar? Nada tiene que ver. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.</div>
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<br /></div>
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La escucha debe ser algo activo. De hecho, muchas veces es necesario hablar para lograr una buena escucha. Uno puede hablar para ser visto, para ser escuchado, pero uno también puede hablar para ver al otro, para escuchar, para asegurarse de que lo que está entendiendo es realmente lo que el otro quiere decir. Veamos algunos aspectos de la escucha. </div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Antes de nada me gustaría introducir un concepto, que es el de "la brecha de la comunicación". La brecha es la distancia que existe entre lo que el emisor quiere decir, y lo que el receptor entiende. Cuanto mayor sea esa brecha mayores serán las probabilidades de crear malentendidos. Y, evidentemente, cuanto menor sea la brecha, mayores probabilidades habrá de alcanzar un buen entendimiento. La forma de reducir esa brecha es mediante una buena escucha.</div>
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Escuchar, como decía antes, no es guardar turno para hablar. Para escuchar tengo que salir de mi mundo y meterme en el mundo del otro. De esa manera transmito a mi interlocutor un mensaje muy importante: me importas, mereces la pena, te veo. </div>
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Para escuchar, primero hay que valorar y respetar al otro. Si no, la escucha no es posible. Además, es necesaria una predisposición a la apertura. Para escuchar hacen falta buenas dosis de humildad. Acepto al otro como es, aunque no piense como yo. Doy valor a lo que dice, aunque yo no esté de acuerdo. No intento cambiar su forma de pensar por el hecho de que esa forma sea diferente a la mía. </div>
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Una técnica de escucha puede ser la de verificar lo que yo he entendido cuando alguien me ha transmitido un mensaje. Una vez que el otro ha terminado de hablar, yo puedo preguntar: "<i>entonces, lo que quieres decirme, lo que yo he entendido, es esto; ¿es así?</i>". Esto da la oportunidad a mi interlocutor de reafirmar lo dicho, o de corregirme si no entendí bien. Esta verificación también la puede hacer el emisor. Una vez terminado su discurso, puede decirme, "<i>¿podrías resumirme lo que te acabo de decir?</i>". De esta manera nos aseguramos de que el receptor ha recibido correctamente lo que el emisor le quería transmitir.</div>
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Otra forma de escucha es la indagación. Según el emisor habla, el receptor le hace preguntas sobre aquello que está escuchando, con el fin de lograr un mayor entendimiento.</div>
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Por otro lado, podemos diferenciar distintos niveles de escucha: </div>
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En el primer nivel encontraríamos la escucha semántica. Es decir, escucho las palabras que el otro me dice y no voy más allá.</div>
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Un paso más consistiría en escuchar las inquietudes. Intento comprender qué hay detrás de lo que el otro me dice, cuáles son sus inquietudes, qué le mueve a contarme lo que me está contando.</div>
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El siguiente nivel sería atender a la emoción que hay detrás de las palabras que estoy escuchando, y cuál es la corporalidad de mi interlocutor. Eso me da gran información de lo que está pasando, de cómo está el otro, de cómo se siente, de por qué me dice lo que me dice. Lo normal es que lenguaje, emoción y corporalidad vayan de la mano. Si lo que me está contando el otro es algo que le produce tristeza, su tono de voz será diferente que si la emoción subyacente es la alegría. Y la corporalidad será diferente en ambos casos. La tristeza suele ir acompañado de un cuerpo más bien recogido, y el cuerpo de la alegría es expansivo.</div>
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Un nivel más profundo sería la llamada escucha del bien. Desde este nivel coloco a mi interlocutor en el lado del bien. Es decir, llego a una comprensión absoluta, gracias a la cual puedo comprender las razones que llevan al otro a hablarme como me habla. Por ejemplo, si me está gritando, incluso si me falta al respeto o me insulta, puedo pensar que detrás de ello hay alguna razón poderosa que le lleva a comportarse de esa manera. Puedo "justificar" su comportamiento, y pensar que ha tenido un mal día, o que le ha sucedido algo que le hace estar fuera de sí. Puedo incluso pensar que yo a veces también me comporto así, aunque no me guste. </div>
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Animo a mis lectores a reflexionar sobre esto, y a tratar de ponerlo en práctica (por supuesto, me animo también a mí mismo a llevarlo a cabo). </div>
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Y, antes de despedirme, una última reflexión: detrás de la escucha está el amor. El amor genera confianza, y la confianza genera escucha. La escucha, como dije al principio, es una de las bases más importantes sobre la que se sostienen las relaciones. Y conseguir una buena capacidad de escucha es cuestión de entrenamiento, y de voluntad. A ello, pues.</div>
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<br />Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11891544161502923006noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-11029715.post-78834077922616494362015-04-10T18:23:00.000+02:002015-04-10T18:23:45.362+02:00TE LO DIJE<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-brHeG41puDc/VSf416-tUBI/AAAAAAAAA4s/lPhF-V1ZhSs/s1600/telodije.gif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-brHeG41puDc/VSf416-tUBI/AAAAAAAAA4s/lPhF-V1ZhSs/s1600/telodije.gif" height="192" width="320" /></a></div>
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¿Os suena esta expresión? ¿Y otras parecidas? "Te lo dije", "ya te lo decía yo", "¿lo ves, lo ves ahora?", etc. Seguro que son expresiones que habéis oído alguna vez. Quizá os las hayan dicho a vosotros, y seguro que se la habéis oído decir a alguien de vuestro entorno.</div>
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Nótese el tono irónico de mis afirmaciones. Porque no hace falta acudir a nuestro entorno para saber de la expresión "te lo dije". Todos la hemos dicho alguna vez, y a todos nos la han dicho alguna vez. Y si tú que me lees no la has utilizado nunca y no forma parte de tu jerga habitual... ¡¡¡enhorabuena!!! Porque son expresiones altamente corrosivas para la convivencia y que deberían ser eliminadas de nuestro lenguaje.</div>
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Si nos paramos a pensar un poco... ¿sirve realmente de algo decir a alguien "te lo dije" cuando se ha equivocado, cuando ha cometido algún error, cuando no ha hecho algo que se le había aconsejado que hiciera y como consecuencia de ello se ha sucedido algún accidente, alguna incomodidad, algún inconveniente? Si lo pensamos bien... ¡no sirve de nada! La expresión "te lo dije" no arregla absolutamente nada, y si algo se consigue con ella es encabronar al receptor de la misma, que bastante tiene con sufrir las consecuencias de su equivocación. </div>
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Con la expresión "te lo dije" y otras parecidas, el emisor se pone por encima del receptor, se arroga una suerte de superioridad moral al tratar de hacer ver al otro que si hubiera seguido sus consejos el error no habría tenido lugar. Y, ¿de verdad es necesario esto? El error ya está cometido (si es que ha habido algún error), y un "te lo dije" no lo va a subsanar, y sí va a crear un clima, cuanto menos, incómodo.</div>
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Propongo lo siguiente para mejorar la convivencia y las relaciones. A veces, ya sea en pareja, ya en familia, ya en cualquier tipo de relación con personas, hay que tomar decisiones, y no todos en el grupo tienen la misma idea. Unos lo harían de una manera y otros de otra. O, en pareja, uno haría determinada cosa de una manera y el otro de la contraria, no habiendo solución intermedia. O es A, o es B. Lo que yo propongo es llegar a un acuerdo, tomar un determinado camino, el que sea, A o B. Y, una vez tomado ese camino, queda claro que todos en el grupo, o los dos en la pareja, lo han tomado. Si es A, la opción B desaparece. Pero desaparece de tal manera que es como si nunca se hubiera planteado. Independientemente de que al principio cada uno pensaba que se debía hacer de una forma determinada, una vez tomada la decisión ésta ya es de todos. Y, en el caso de que las cosas no salgan bien con la decisión tomada y se vea claro que si se hubiera tomado una de las alternativas descartadas (o la alternativa descartada en caso de una pareja), no valen los reproches, no valen los "te lo dije". Y no valen, porque la decisión fue ya tomada, y, una vez tomada, todas las alternativas iniciales ya no existen, sólo existe la alternativa elegida.</div>
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Ni que decir tiene, que si la decisión es de una sola persona, aunque se le aconseje que haga algo diferente a lo que va a hacer, incluso aunque esa persona haya pedido consejo y finalmente decida no seguir el consejo recibido, tampoco vale decirle "te lo dije" si se equivoca o la cosa sale mal. Bastante tiene esa persona, como decía al principio, con su error.</div>
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Esto evitaría muchas discusiones, muchos conflictos y no pocas humillaciones. ¿Te animas, entonces, a desterrar los "te lo dije" de tu lenguaje habitual? </div>
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Motivo de otro artículo sería el tema de los consejos. Porque a veces somos expertos en darlos, aunque no se nos pidan. Y bien deberíamos callarnos, incluso viendo que la otra persona se va a estrellar con su decisión. A veces vendría bien que nos dejaran estrellarnos, pues suele ser una manera casi infalible de aprender. Pero esto, como digo, sería motivo de otro artículo.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11891544161502923006noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-11029715.post-53176692814031655632015-04-06T18:02:00.001+02:002015-04-06T18:25:14.054+02:00¿DE QUIÉN HABLAN NUESTROS JUICIOS?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-y_yOOEh4-y4/VSKuDVETCRI/AAAAAAAAA4Y/KLyvduzDnlc/s1600/juicios.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-y_yOOEh4-y4/VSKuDVETCRI/AAAAAAAAA4Y/KLyvduzDnlc/s1600/juicios.jpg" height="187" width="320" /></a></div>
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Los juicios son declaraciones, posiciones que tomamos ante el mundo que nos rodea y ante nosotros mismos. Mediante los juicios calificamos lo que observamos (incluido a nosotros mismos), y nos convertimos así en un tipo determinado de observador, de persona que vive en el mundo. Y cuando emitimos un juicio, ¿de quién nos está hablando ese juicio? Los juicios no sólo hablan de lo que observamos, sino que, sobre todo, hablan del que los emite, es decir, nuestros juicios nos hablan de nosotros mismos. Veámoslo con algún ejemplo.</div>
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Si yo digo, "la vida es dura", ese juicio no está hablando de cómo es la vida, sino de cómo veo yo la vida. Por tanto, dicho juicio está hablando de cómo soy yo. Yo, con mi historia, con mis aprendizajes, con mi forma de comportarme ante la vida, soy el que interpreto que la vida es dura. Pero eso no significa que la vida sea dura, pues otra persona, con otra historia y otros aprendizajes, con otro bagaje de vida, podrá pensar que la vida es una danza y que nada tiene de dura. </div>
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Si yo digo que Carlos es un incompetente porque no es capaz de hacer nada a derechas, dicho juicio vuelve a hablar de mí, de cómo veo yo a Carlos. Y en ningún momento está hablando de Carlos.</div>
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Si yo digo que los católicos son unos intolerantes y unos ignorantes, o que los judíos son unos usureros, dicho juicio no define en absoluto ni a los católicos ni a los judíos, pero sí dice mucho de cómo soy yo, de mis ideas, de mi forma de ver la vida... Incluso, como decía Nietzsche, esos juicios (y cualquier juicio que yo pueda emitir) revela mucho sobre las emociones desde las que emito dichos juicios.</div>
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Es importante tener esto en consideración, entre otras cosas, para dar validez o no a los juicios que otros emiten sobre nosotros. Quizá si muchas personas que nos conocen bien tienen el mismo juicio sobre nosotros respecto a algún determinado comportamiento, tendríamos que pensar qué puede haber de cierto en ello. Pero si es sólo una persona la que dice, por ejemplo, que mi comportamiento es demasiado peculiar, y el resto de las personas con las que me relaciono no tienen la misma opinión, podré pensar que en realidad mi comportamiento no tiene nada de peculiar, aunque a esa persona se lo parezca.</div>
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También es importante en relación a los juicios que tenemos de nosotros mismos. A veces pensamos algo de nosotros que no coincide en absoluto con lo que piensan los que nos conocen, las personas con las que convivimos. En no pocas ocasiones nos vemos a nosotros mismos de manera diferente a como nos ven los demás. Por eso no viene mal interesarse de vez en cuando en qué piensan los demás de nosotros, cómo nos ven (las personas que nos conocen bien, claro está). Porque muchas veces podemos estar teniendo un concepto infravalorado de nosotros mismos que no se ajusta demasiado con la realidad. O al revés.<br />
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Por supuesto, es fundamental esta idea a la hora de emitir nuestros juicios. Pensemos qué decimos, por qué lo decimos, a quién o a qué nos referimos cuando emitimos algún tipo de juicio.</div>
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Otra característica de los juicios es que tienden a confirmarse siempre. En el primer ejemplo que puse, si yo pienso que la vida es dura voy a comportarme de tal manera que, efectivamente, la vida va a ser dura para mí. Y además me voy a contar un montón de historias a mí mismo que confirmen dicho juicio. Pero esto ya es entrar en otro terreno, sobre el que se podría escribir otro artículo a parte. Lo que hoy me importaba señalar es que, "lo que Pedro dice de Juan, dice más de Pedro que de Juan". Piénsenlo...</div>
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<br />Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11891544161502923006noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-11029715.post-36626618520121273122015-03-18T16:24:00.000+01:002015-03-18T16:24:08.377+01:00SAL CON UN VALIENTE<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-Z6QbXlcKXYA/VQmYbcuB3HI/AAAAAAAAA3w/32dB_YGa3tw/s1600/tumblr_mw5p6btdVv1r2bhvdo1_400.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://4.bp.blogspot.com/-Z6QbXlcKXYA/VQmYbcuB3HI/AAAAAAAAA3w/32dB_YGa3tw/s1600/tumblr_mw5p6btdVv1r2bhvdo1_400.jpg" height="231" width="320" /></a></div>
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El otro día me encontré por la red, gracias a una amiga, con un artículo de un blog que hablaba de amor con mayúsculas. Un artículo que no reproduciré aquí, pero con el que me sentí plenamente identificado, y me llevó a escribir mi propio artículo, contando algo parecido pero con mis propias palabras.</div>
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Y es que vivimos en una sociedad en la que el amor para siempre está denostado, se ha convertido en una especie de utopía, cuando no en algo totalmente irreal, inalcanzable, y hasta ñoño. A cualquiera que hoy día le digas que crees en un amor para toda la vida te mira con ojos raros y te dice que sí, que como idea no está mal, es bonita... pero en absoluto realizable. Es cosa de cuentos de príncipes azules y hadas madrinas, te dirán.</div>
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Sin embargo, gracias a Dios, aún quedan valientes, y aquí enlazo con el artículo que leí el otro día. Aún quedan valientes (y "valientas", que diría la ministra) capaces de jugárselo todo por una persona. Aún quedan valientes capaces de arriesgar, de darlo todo por la persona amada y no mirar a otro lado, capaces de hacer una elección definitiva y luchar por ella hasta el final. Ese es el amor en el que creo. Un amor apasionado, un amor que no entiende de comodidades ni de medias tintas, un amor que lo da todo, en los momentos buenos pero sobre todo en los malos, un amor que se entrega sin condiciones aun sabiendo que habrá momentos de aridez y de desgana, que habrá baches y obstáculos en el camino, que tendrá que bregar y batirse en duelo con multitud de dificultades, que tendrá que sufrir a veces y reír otras, un amor auténtico, sin dobleces, sin excusas, sin tonterías.</div>
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El valiente del que hablo es un hombre (o una mujer, pero en este caso hablo de un hombre porque yo soy hombre) que pone a su mujer en lo más alto, en el centro del universo, y no tiene ojos para otras. Que no espera que venga algo mejor, porque aun sabiendo de la imperfección de su amada, conoce también la suya y la del mundo, y sabe que, dentro de esa imperfección, su amada es lo más valioso, aquello por lo que merece la pena luchar y hasta morir si es necesario. El valiente del que hablo es un hombre que cuando llegan los momentos malos se pone el traje de faena, aprieta los dientes y sigue adelante, consciente de que la tempestad pasará pero que mientras no pase la huida no es algo que entre dentro de sus planes. Este valiente no pone excusas, no desaparece cuando su amada más lo necesita, es fuerte y a la vez comprensivo, es recio y también dulce, es cariñoso, es fiel, es leal, sabe escuchar y está siempre que se le necesita. </div>
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El valiente del que hablo es real, de carne y hueso. No ha salido de ninguna película ni de ninguna novela de ficción. Quizá queden pocos, quizá no esté de moda, quizá sea difícil encontrarlos. Pero existen. Yo conozco y he conocido algunos. Mi abuelo era uno de ellos, también lo es mi padre, y mi hermano, y tengo varios amigos que lo son. Y yo aspiro a ser uno de ellos. Para ello me han educado, en ello creo, para ello estoy preparado, y para ello estoy más que dispuesto. ¿Y tú?</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11891544161502923006noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-11029715.post-73238428706246253382015-03-13T11:04:00.000+01:002015-03-13T11:04:24.825+01:00G.K. CHESTERTON<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-ylTji4dS-80/VQK16M5a6JI/AAAAAAAAA3Y/44cXPq2DopU/s1600/chesterton.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://4.bp.blogspot.com/-ylTji4dS-80/VQK16M5a6JI/AAAAAAAAA3Y/44cXPq2DopU/s1600/chesterton.png" height="320" width="304" /></a></div>
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G.K. Chesterton (para quien no lo conozca) fue un escritor inglés de finales del XIX y principios del XX. Nació en Londres el 29 de mayo de 1874, y murió en Beaconsfield el 14 de junio de 1936. Prolífico escritor y periodista, cultivó todos los géneros posibles, aunque destaca como novelista, ensayista y articulista. Gran maestro de la paradoja, gran polemista, trabajador incansable, todo lo que yo pueda decir aquí es poco. Recomiendo que lean sobre él, y, sobre todo, que le lean a él. El padre Brown es uno de sus personajes más conocidos, y numerosos fueron los relatos de Chesterton en los que este personaje es el protagonista. Obras como "Ortodoxia", "El hombre que fue jueves", o "La esfera y la cruz", por citar sólo algunas de sus muy numerosas obras, le encumbran entre los grandes escritores de la literatura universal.</div>
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Chesterton ingresó en la Iglesia Católica en 1922, después de un largo proceso intelectual. Desde entonces se convierte en un acérrimo defensor de su fe. Ya incluso antes de ser católico escribe defendiendo con ardor dicha fe, con su ensayo "Ortodoxia".</div>
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Gran aportación al mundo, además de su literatura, de G.K. Chesterton, es el llamado distributismo, desarrollado junto con su hermano Cecil y su gran amigo Hillaire Belloc. El distributismo es, podría decirse, una tercera vía económica, diferente al capitalismo y al socialismo, y basada en la Doctrina Social de la Iglesia. Chesterton pregona que la propiedad privada sobre los medios de producción debería estar lo más ampliamente distribuida entre la población. Es una vía mucho más justa, mucho más humana, que socialismo y capitalismo.</div>
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No es objeto de mi artículo agotar la vida de Chesterton, ni su obra, ni tampoco el distributismo. Únicamente pretendo esbozar unas líneas de aproximación a su figura y despertar el interés en quien no lo conozca. Quiero, además, presentar la iniciativa que un grupo de amigos venimos llevando a cabo desde hace dos años (este será el tercero), para homenajear al gran escritor. El pasado año, con motivo del aniversario de su fallecimiento, organizamos unas ponencias sobre la vida y obra del autor, ponencias que resultaron ser de una altísima calidad. Dejo a continuación el vídeo de las mismas, y emplazo a mis lectores a unirse a la celebración de este año, que tendrá lugar, D. m., el 13 de junio. Informaremos de ello convenientemente cuando se acerque la fecha.</div>
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Les dejo con el vídeo, que espero disfruten. La calidad técnica no es la mejor, por lo que ruego me disculpen, pero, como digo, la calidad de las ponencias es muy alta. Chesterton bien lo merece.</div>
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<iframe width="320" height="266" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/LQWCQSfRZT4/0.jpg" src="http://www.youtube.com/embed/LQWCQSfRZT4?feature=player_embedded" frameborder="0" allowfullscreen></iframe></div>
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Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11891544161502923006noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-11029715.post-1163070428343416362015-03-03T18:29:00.002+01:002015-03-03T18:29:53.584+01:00DAR Y RECIBIR<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-FpVm7MsYsI0/VPXu6vIyAkI/AAAAAAAAA28/G7Ci1B4sv8c/s1600/dar.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-FpVm7MsYsI0/VPXu6vIyAkI/AAAAAAAAA28/G7Ci1B4sv8c/s1600/dar.jpg" height="137" width="320" /></a></div>
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Para recibir, antes hay que dar. Para ser amado primero hay que amar. Esto, que parece algo evidente, que parece una verdad de perogrullo, se nos olvida a menudo. Continuamente nos quejamos, en nuestras relaciones con nuestros semejantes, de no ser suficientemente considerados. Y cuando ello ocurre, cuando no nos sentimos queridos como creemos que deberían querernos, normalmente echamos balones fuera, nos ponemos la etiqueta de incomprendidos y nos metemos en la cómoda y confortable cueva del victimismo. Son los demás los que no hacen las cosas bien, son los demás los que deberían hacer más por nosotros, son los demás los que no se dan cuenta de lo que valemos. Son los demás. Siempre los demás.</div>
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Pero... ¿nos hemos preguntado qué hemos hecho nosotros por esas personas que, según nuestra propia percepción, no nos quieren nada, no nos aprecian nada, no nos valoran nada? A menudo esperamos a recibir para después dar. Esperamos a ser amados para amar nosotros. Esperamos a sentirnos apreciados para mostrar aprecio. Nos ocurre sobre todo en las relaciones de pareja (especialmente cuando la relación ya tiene un rodaje, pues al principio todo es de color de rosa), pero también en las relaciones con nuestros amigos, con nuestros familiares, en el trabajo, con los vecinos... Si no nos sonríen no sonreímos; si no nos saludan no saludamos; si no son amables con nosotros tampoco, nosotros lo somos con ellos. Faltaría más.</div>
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¿Y si probáramos a hacer las cosas al revés de como normalmente las hacemos? ¿Y si probamos a sonreír al vecino que cada mañana nos "regala" su gesto mohíno y adusto? ¿Si probamos a dar los buenos días al conductor del autobús que va renegando del tráfico y ni siquiera nos mira cuando nos subimos? ¿Si probamos a decir "te quiero" a nuestra pareja incluso en esos días en los que "no hay quien le aguante"? Estoy seguro de que si comenzáramos a actuar así todo cambiaría a nuestro alrededor. Cambia tú, y cambiará el mundo. Es ese el orden correcto. No esperes a que las cosas cambien para cambiar tú, porque te quedarás sentado esperando. Hazlo al revés y verás los resultados. </div>
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Cuando damos sin esperar nada a cambio recibimos mucho más de lo que nos imaginamos. Esto funciona como un bumerán. Si regalas sonrisas, antes o después volverán a ti. Si regalas "te quieros", los vas a tener de vuelta cuando menos lo esperes. Si eres amable serán amables contigo. Lo que des lo recibirás. Es la ley del amor, es así como funciona. Pruébalo y verás. ¿Te imaginas cómo cambiaría nuestro mundo si todos empezáramos a actuar así? Pues... ¿a qué estás esperando para empezar? ¡Mañana ya es tarde!</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/11891544161502923006noreply@blogger.com0