Todos tenemos un círculo de influencia y un círculo de preocupación. Empecemos por el segundo. Para ello, imagina un amplio círculo, en el que se encuentran todas las cosas que en un momento dado pueden preocuparte. La paz mundial, la situación económica en España o en Europa, el hambre en el mundo, la educación de tus hijos, tu trabajo, la salud de tus familiares, la contaminación, la marcha de tu equipo favorito de fútbol, si lloverá el fin de semana, quién ganará las próximas elecciones... Todo ello forma parte del círculo de preocupación.
Ahora imagina otro círculo más pequeño, dentro de ese círculo grande, y de todas esas cosas que te preocupan, mete en él sólo aquellas sobre las que puedes influir directamente: la educación de tus hijos, la relación con tu mujer o con tu marido, la clase que tienes que preparar para mañana, qué ropa te vas a poner para la boda del sábado, qué vas a hacer de cena esta noche... Este es el círculo de influencia. Es decir, ese círculo en el que están las cosas sobre las que realmente puedes influir, cosas en las que realmente merece la pena poner tu atención y dedicar tu tiempo y tus esfuerzos.
Ahora piensa... ¿qué ganas poniendo tu foco en cosas sobre las que no tienes control ninguno, en cosas que no vas a poder cambiar por mucho que te esfuerces, por mucho que te crispes y por mucho que discutas sobre ellas? ¿No será mejor centrar tu foco, y en consecuencia tus esfuerzos, en cosas sobre las que realmente puedes influir?
Si gastas tus energías preocupándote por cosas que están fuera de tu círculo de influencia, fácilmente perderás la paz, estarás a menudo de mal humor, y, muy probablemente, crisparás a la gente que tienes a tu alrededor.
No está mal que te preocupes por la paz en el mundo, o por el medio ambiente, y que hagas lo que esté en tu mano para contribuir a crear un mundo mejor. Pero lo verdaderamente útil es que te centres en las cosas sobre las que de verdad puedes cambiar, en las cosas que forman parte de tu círculo de influencia. Vivirás más tranquilo, tendrás más energía para afrontar los retos a los que debas enfrentarte, y crearás a tu alrededor un clima mucho más amable y amoroso. Incluso, poco a poco, es muy posible que vayas siendo capaz de ampliar tu círculo de influencia. En cambio, si andas preocupado todo el día por cosas que no tienes a tu alcance, perderás inútilmente tu energía, de manera que serás menos capaz de afrontar las cosas sobre las que sí puedes realmente influir. Y así, tu círculo de influencia se verá reducido poco a poco y tus nervios se crisparán cada vez más hasta acabar provocándote una úlcera de estómago.
Por tanto, deja de gastar tantas energías en todas esas cosas que están lejos de tu alcance, céntrate en aquellas que puedes mejorar o cambiar, y verás cómo ganas en vitalidad y en paz interior. Tu salud te lo agradecerá.
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