Hoy es lunes. Y los lunes, para muchas personas, son días grises, días en los que ha quedado atrás el fin de semana y comienza una semana que se antoja larga y dura. El viernes está allá a lo lejos, no es posible divisarlo aún. Pero... ¿realmente tiene sentido vivir para el fin de semana?
El pasado viernes paseaba por la calle, y escuché la conversación entre un transportista y una barrendera. Aquél le decía a ésta que estaba contento porque era viernes y le quedaba poco para comenzar el fin de semana. Y la respuesta de ella fue contundente: "pues deberías estar contento también los lunes, porque tienes trabajo". ¡¡Qué razón tenía!! Nos quejamos porque es lunes, se ha acabado el fin de semana, y tenemos que volver al trabajo (bueno, por desgracia eso a mí no me ocurre actualmente, pues no tengo trabajo; no al menos un trabajo remunerado). ¡Y no nos damos cuenta de que tener trabajo es una bendición! ¿No será mejor darle la vuelta a la tortilla, dejar de vivir para el fin de semana, dar gracias por tener un trabajo, y acudir el lunes a la oficina, o a la fábrica, o al hospital, o allá donde nos toque trabajar, con una sonrisa de oreja a oreja? Y si no tenemos trabajo, como es mi caso... ¡también hay un montón de cosas por las que dar gracias! No sé tú, que me estás leyendo, pero yo no tengo más que mirar a mi alrededor para dar gracias por miles de cosas. Por ejemplo, por estos dedos que ahora mismo se mueven por el teclado escribiendo estas letras; o por la vista que me permite moverme por la vida sin ayuda de nadie; o por tener un techo bajo el que cobijarme y una cama confortable donde dormir cada noche. ¡¡Son tantos los que no tienen ni siquiera esas cosas tan básicas!!
Yo invito a mis lectores, y me invito a mí el primero, pues yo también me quejo demasiado, a dejar de quejarnos, a dejar de mirar lo negativo que hay a nuestro alrededor, y a fijarnos más en lo positivo, que es mucho. Y, como dice Mafalda, a ir por el mundo desentonando con una sonrisa desde primera hora de la mañana. Y si es lunes, con mayor razón.
A continuación, y ya que una imagen vale más que mil palabras, os dejo con un vídeo muy gráfico. Un vídeo que representa a una serie de personas que viajan en metro, con cara de lunes. Pero basta que uno de los viajeros se atreva a ser la nota discordante, para que todo cambie. ¿Por qué no probamos a hacer lo mismo? ¡El mundo tendría otro color! Os dejo con el vídeo:
No hay comentarios:
Publicar un comentario