lunes, noviembre 10, 2014

CÁNDIDA


Después de casi un mes ausente, entretenido en otros menesteres, vuelvo a estas páginas, y lo hago con una película que he visto hoy mismo y que me ha conmovido profundamente. Es una película divertida, amable, tierna, humana, conmovedora, emotiva. No pasará a la historia del cine como una obra maestra, de hecho pasó por la cartelera más o menos desapercibida. Pero para mí es una gran lección de humanidad. Se trata de "Cándida", de Guillermo Fesser.

Cándida es un personaje real, es una mujer de 83 años (cuando protagonizó la película tenía 75), que trabajó como asistenta en casa de Guillermo Fesser, y que colaboró en el programa de radio de Gomaespuma. En 2006, Fesser cumplió la promesa que le había hecho de llevarla a la gran pantalla, y lo hizo con una película capaz de hacer pasar de la risa al llanto y del llanto a la risa con escenas de la vida cotidiana, con escenas sencillas que suceden todos los días en todos los barrios de cualquier ciudad. 
Cándida es una mujer sencilla, generosa, descomplicada, amable, divertida. Es una mujer capaz de hacerte reír contando las cosas más trágicas que le han ocurrido a lo largo de su vida, y a la vez te hace llorar contando las cosas más divertidas. 
Pero con lo que me quedo, lo que más me conmueve, es con su sencillez. Los seres humanos somos expertos en complicarnos la vida, en hacer difíciles las cosas que podrían ser fáciles simplemente viéndolas desde un punto de vista más humano. La vida de Cándida no es fácil, y sin embargo la afronta con una alegría envidiable. La sencillez y la naturalidad con la que afronta los problemas de la vida, muchos de ellos trágicos, hacen de ella una mujer digna de admiración. Es una mujer de condición humilde, analfabeta (aprendió a leer para aprenderse el guión de la película), de clase más bien baja, pero sin ningún complejo. Es el vivo ejemplo de que en este mundo todos somos iguales, independientemente de nuestra cultura, nuestra condición social, nuestro estatus, nuestro trabajo, etc. Para Cándida todos somos personas, y eso es lo único que importa. Cándida, ni mira a nadie por encima del hombro ni se siente inferior a nadie. Esa es su grandeza, y esa es una de las características que la hacen tan amable, tan tierna, tan amorosa. Es un ejemplo del que no nos vendría mal aprender un poco. Probablemente nuestras relaciones personales mejorarían mucho.

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